domingo, 18 de febrero de 2018

LA BUENA NOTICIA DE MI DOMINGO



Ser tentado es propio de seres humanos. Jesús de Nazareth, que  era totalmente humano, "pese a su condición de Dios", tuvo que ser también tentado no sólo en el desierto sino en cualquier momento de la vida. Cuando era joven, en su edad adulta e  incluso en las últimas horas de su vida sintió la garra de la tentación, es decir de desear "escaquearse" y  no cumplir lo que Dios le pedía. Él venció no "por su cara bonita", es decir por ser Dios sino porque unido fuertemente a éste en la oración, en la austeridad y en la escucha de la palabra de Dios, no permitió que nada le separara de él.


Y aquí estoy yo también asediado por la tentación (con ocasiones pequeñas o grandes) y muchas veces sin acudir por pereza, desidia y comodidad a los medios y recursos para vencerla. 
Así que este domingo me reconforta la buena noticia de saber que el buen Jesús también sufrió tentaciones y me anima a poder vencerlas: con la oración, con el ayuno (o sea con la austeridad de vida), con la escucha de la palabra de Dios.

"¡Tiempos difíciles, tiempos terribles!", dicen algunos. Y sin embargo, el tiempo somos nosotros. Como seamos, así será nuestro tiempo".(San Agustín)

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