miércoles, 15 de septiembre de 2021

EL NUEVO CURA DE VILLAMARXANT

 Mi amigo Paco Ferrer, hermano en el sacerdocio, tomó antes de ayer posesión en la parroquia de Santa Catalina de Villamarxant.

Tuve el gusto de poder acompañarle en ese momento tan importante y sin duda feliz de su vida. Paco había estado unos cuatro años de Párroco en Titaguas y después pasó al seminario como uno de los formadores de los jóvenes que allí se están preparando para ser sacerdotes. Una tarea verdaderamente muy importante y además responsable. Pienso que es un trabajo que a la larga debe cansar mucho y provocar cierto tedio. A mí me pasa, creo que si no hubiera sido Párroco durante mis años de vida sacerdotal no hubiera sido muy feliz.

 

Feliz andaba Paco ayer a lo largo de la larga ceremonia que se realiza con ocasión de la entrada del cura en un pueblo. Larga, prolija y farragosa y deslumbrante -¡qué belleza la liturgia de la Iglesia!-. y cargada de sentido pastoral. Yo también he pasado por esa ceremonia, que en este caso estuvo muy bien preparada con la intervención anónima de muchos seglares, y con la colaboración de tres coros que cantaron espléndidamente. A mi amigo se le veía la ilusión por el brillo de los ojos. Éramos un montón de curas concelebrando. La gran nave del templo llena, con la limitación del asilamiento obligado. 

 

En verdad fue una tarde, aunque calurosa por el clima, muy cálida para el corazón. Enhorabuena querido Paco.

 

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