El obispo enamorado.
Lo del obispo de Solsona, Xavier Novell, ha traído cola: es el comentario cotidiano y morboso de los medios de comunicación. El obispo, enamorado, ha dejado mitra y báculo para irse a convivir con una mujer. Periodistas, laicos y clérigos han caído sobre él como buitres sobre carroña. Es verdad que un cura que deja la sotana es llamativo y ahora ya no tan escandaloso. Pero un obispo… A su “novia” también la han puesto de perejil y medio: que si escribe novelas eróticas y satánicas (¡), etc. No pienso que eso sea negativo.
Al obispo Novell, no lo censuraré, creo que ha hecho muy bien: el camino al que Dios nos invita a andar en este mundo es el de nuestra felicidad y ¿qué más felicidad que la del amor?
Me da mucha pena este hombre -un juguete roto, ha dicho de él una monja célebre-. Muchos quieren hacer leña de él, ahora que es un árbol caído, pero cada uno ha de hacer su propio camino, y muchas veces “los caminos de Dios no son nuestros caminos”, como dice la biblia.
Sin duda el haría unos votos con toda su mejor voluntad y mayor decisión. Ahora la vida ha torcido sus intenciones y en vez de vivir una doble vida, llena de falsedad e hipocresía, ha decidido ser coherente. Sin duda le va a costar incomprensiones, burlas y hostilidades, pero ha sido un obispo consecuente: que Dios lo bendiga.
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