lunes, 13 de diciembre de 2021

¿ES POSIBLE EL PERDON? VIENDO MAIXABEL



 Veo “Maixabel” otra vez. Su ventaja tiene: no te quedas obnubilado como la primera vez y descubres, como todas las películas de la directora vasca Icíar Bollaín, además de un ritmo algo moroso, me da la sensación que siempre oculta alguna carta marcada debajo del sentimentalismo y buen rollo que poseen. Aún cuando sus películas siempre son interesantes por los temas “calientes” que presentan ninguna de ellas levanta verdaderamente el vuelo artístico del buen cine y eso que ésta sí me parece a pesar de sus limitaciones una de las mejores. Con frecuencia los perfiles de los personajes son minas que estallan oscureciendo la película por sus faltas de credibilidad y por los subrayados continuos para indicar las buenas intenciones. Cine didáctico que se parece mucho a ese otro cine que ahora en España se hace tildado de cine religioso. Que de eso trata este tipo de cine: hacer triunfar el buenismo, a la vez que generar un discurso que es políticamente “correcto”.

 

No me creo el desarrollo personal de los etarras que piden perdón. ¿De qué? Ellos dicen todo el rato que “son unos mandados”, que estaban engañados, que la culpa última es de la organización… A mi me parece que todo es echar balones fuera.

 

Está claro que una situación social tan podrida como la que se creó en Euskadi durante tantos años no es posible sanarla de golpe. Se agradecen las buenas intenciones, los esfuerzos de los mediadores, la heroicidad de algunos que han sido víctimas… Habrá que esperar-si la situación no cambia (y parece ser que no) varias generaciones. Sí, el perdón surge cuando se recuerda la ofensa y después se olvida.

 

Blanca Portillo como protagonista está muy bien, y Luis Tosar no tanto; a mí nunca como actor me ha dicho gran cosa. La última secuencia de la película, que sospecho planificada con bastantes licencias, en la que aparecen juntos a mí me parece poco verosímil y algo cursi y melodramática.

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