lunes, 13 de marzo de 2017

¡Feliz aniversario, Santo Padre!


Hoy hace cuatro años que el Espíritu Santo regaló a la Iglesia en nuevo Papa de un estilo directo y abierto y sencillo que está intentando reformarla: es el jesuita argentino y cardenal Jorge Borboglio que ahora se llama Francisco. En el transcurso de este tiempo este maravilloso hombre de Dios ha abierto de par  las puertas y ventanas de la Iglesia, para que ésta se oree, se renueve y se rejuvenezca. Una iglesia para todos, incluso para los que no son de la iglesia. ¡Que un gran alegría! Nos está señalando constantemente que el camino de los creyentes  es el mismo que el de Jesús de Nazaret, el Cristo: el perdón, la misericordia, la dignidad de los pobres.  Francisco ya lo está andando.

 Nos está dando un gran testimonio y también invitándonos cuál es el norte del verdadero evangelio de Jesús. Nos ha recordado que lo importante en la iglesia es aquello de “misericordia quiero y no sacrificios”.

También en estos cuatro años, este Papa ya está sintiendo la fuerza de la oposición de los que se resisten a las reformas: la Curia vaticana, algunos cardenales y otros (obispos, curas y laicos) que, sin plantar cara, miran para otro lado. Son los que piensan que el tema fundamental de la Iglesia son las cuestiones morales (situación de la familia la, el aborto, la ley de género, el asunto de los confesionarios o la perfección de los ritos y, para tapar todo, hasta el culto al Santísimo Sacramento.


Todo ello, sin duda,  importante, que no hay que olvidar, pero que  hay que evitar que se convierta en una obsesión. Asuntos más urgentes reclama el mundo injusto y la inquieta la sociedad en los que vivimos. A eso está atendiendo este gran Papa al que pido a Dios nos lo conserve durante mucho tiempo.¡Felicidades, Santo Padre!

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