domingo, 24 de abril de 2022

QUÉDATE CON NOSOTROS

 


Uno de los pasajes más bellos del Evangelio que hablan de la Resurrección de Jesús es aquel de los discípulos que iban camino de Emaús, “distante dos leguas de Jerusalén”, como dice el Evangelio. Literariamente es un relato perfecto que sabe combinar la tristeza y la curiosidad, la sorpresa y la alegría de un modo gradual y certero. Aquellos dos amigos se encuentran con un tercero al que no reconoce al principio que va a llenando de calor y fuego sus corazones porque en ellos se despierta la gran esperanza: la victoria de Jesús sobre la muerte. Un evangelio que combate eficazmente la soledad, el desánimo y el desaliento… que es capaz de ponernos de pie para comenzar de nuevo y llenar nuestro corazón de solidaridad y de la alegría de compartir… porque así se nos aparece Jesús vivo y resucitado. Su triunfo es nuestro triunfo.

 

Comparto ahora con vosotros, amigos lectores, este poema de Marcela Duque que me ha gustado mucho:

 

Quédate. Ya se hace tarde. Anochece.

El crepúsculo viene sin estrellas.(…)

Estás lejos de casa y hace frío

Prendamos una hoguera complaciente.(…)

Tenemos un buen vino en la bodega.

Aún tienes que probar el pan que hecho.

¿No ves lo que ha supuesto tu llegada?

Arde mi corazón al escucharte. 

Te quiero para siempre aquí en mi casa.

Ya no sabré qué hacer cuando te marches.

Quédate, por favor, que es noche oscura.

Necesito la luz de tu mirada.

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