jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Donde está la casa de mi amigo? (1)

Semblanzas de mis amigos: Jesús Q.

Patt Garret and Billy the Kid

Escribir un blog es como escribir un diario que sabes que alguien te lo va leer y que te permite desvelar también algunos de los aspectos, aficiones y personas con los que eres feliz. Por  ello, haré una especie de semblanza de los amigos con los que tengo la suerte de rodearme.
Hoy  hablo de Jesús, que es profesional de la enseñanza, más bien un maestro como la copa de un pino si las estúpidas burocracias escolares, los planes educativos impuestos por ministerios y consellerías y otro organismos intermedios de la Iglesia, le dejaran. Pese a todos esos impedimentos, ¡qué bien trabaja en el colegio donde está! Todos sus alumnos y compañeros lo estiman, salvo ese conjunto de rácanos que siempre hay, que porque no coinciden con sus modos educativos, su metodología y su fe viva y cristiana se alejan de él casi como si fuera infectado.
Excepto cuando le da la vena del pesimismo social y cultural que le hace despotricar… él siempre animoso (con un sentido del humor a veces descacharrante) y  adelante. Por su generosidad y sentido de amistad, con su querida esposa Isabel, ha abierto una gran plaza de amigos –su propia casa- donde  manifiesta su espíritu de amistad, de solidaridad, de comprensión y donde todos nos sentimos acogidos en una gran familia.
Mi amigo Jesús tiene alguna manía que mueve a risa: como cuando en la cafetería pide huevos con jamón (crudo) y el mesero se lo sirve frito y se pone como si el mundo se hundiera, o empeñarse en no tomar nada entre comida cuando  vas de paseo (y los demás nos quedamos con las ganas  de la cerveza bien fría…) o su apetito incontrolado ante los caracoles, tellinas, clóchinas y bichos que tengan cáscara.
Pese a toda esa barahúnda en la que ha de moverse, tiene el espíritu de contemplación de un monje. Su espacio de silencio y su austeridad monacal los ejercita en la  montaña. Su templo son las cumbres sobre todo del Pirineo. Allí acude con hartísima frecuencia a encontrarse consigo mismo y con Dios. Y encima nos arrastra todos a que vivamos esa misma experiencia. Yo, a Jesús, siempre me lo imagino de perfil ante la montaña… Lógicamente le gustan mucho las pelis de vaqueros
Es mi mejor amigo a cuya puerta de su casa siempre podré llamar. Ahora anda agobiado porque acabadas las vacaciones, torna al trabajo ímprobo de una escuela que podría ser su paraíso y es un purgatorio  gracias a las ineptitudes consellers y políticos. Que el Jesús de Nazaret, el Resucitado en quien cree firmemente le acompañe.

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