lunes, 13 de septiembre de 2010

Incoherencias festivas

Hoy he estado en la fiesta mayor de un pueblo [y no digo nombres para que nadie se sienta señalado].



He concelebrado con los sacerdotes hijos del pueblo. Uno de ellos, que celebraba sus bodas de oro este año, ha presidido la eucaristía. Ha hecho una homilía preciosa sobre la Virgen.

Al final de la Misa, le han concedido el titulo de Cofrade de Honor de la Cofradía. Como él y toda su familia han estado muy vinculados a una sociedad musical que gestiona una banda de música muy buena, el Presidente de ésta ha salido al altar, se ha apoderado de micrófono del ambón y aprovechando el evento ha hecho una loa desmedida, inadecuada e hiperbólica de su banda de música: la Virgen, a cuyos pies estábamos todos, lógicamente callaba. Una vez más los contenidos no religiosos rellenan nuestras celebraciones religiosas. Eso se debería haber hecho en el salón de actos o en el teatro de la sociedad musical.


El colofón: mientras el presidente de la Banda, “predicaba” sobre ésta, alguien detrás de mí, decía maliciosamente: ¡Ahí va, si éste, cuando vino el Papa a Valencia, colgó en su balcón el cartel de “Yo no te espero”!

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