domingo, 6 de mayo de 2018

HUMILDE, PORTENTOSA PRIMAVERA


Aquí la tenéis, empedernida e impertérrita, cumpliendo con el rito anual de florecer en primavera. Ha nacido en el lugar más pobre e inhóspito: el seco y duro suelo de cemento de una acera. Ha aprovechado una pequeña grieta donde encontraría algo de humedad, junto al hierro de una escultura urbana.

Es una de las muchas especies, tal vez la más humilde, de la familia de plantas llamadas “diente de león” que en los prados y tierras fértiles crecen con esplendor. Su flor amarilla se torna al final en un globo de vilanos que se esparcen en semillas volantes a los cuatro vientos. Ésta que aquí vemos en la fotografía, hace unos meses sería una pequeñísima semilla que cayó desde el paracaídas de su vilano en una pequeña rendija entre el cemento y el hierro. Ha germinado, ha crecido, ha florecido y ya está a punto de esparcir sus nuevas semillas. 


Es una planta con “madera de héroe”. ¿No es éste otro milagro de la primavera?

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