viernes, 29 de abril de 2011

Se acabó la Semana Santa Marinera: ahora, a evaluar.

Ayer, jueves de Pascua, acabaron ya en la parroquia de los Ángeles, los eventos religiosos  de la Semana Santa de 2011, con la última procesión de traslado de la veneradísima imagen del Santísimo Cristo del Salvador, hasta el templo parroquial.
Ahora debería venir el tiempo de reflexión y evaluación sobre lo vivido y experimentado en estos días que además de presentarse con un tiempo meteorológico incierto (muchas nubarrones  y bastante lluvia) han tenido sus problemas, algunos graves y otros más leves, que son el síntoma de los nubarrones y tormentas que se pueden cernir, si a tempo no se solventan, sobre estas celebraciones y que, pese al trabajo y ocupación que me comportan, siempre me han gustado. Desde 2002 estoy en esta parroquia y lo visto de cerca y vivido intensamente de la Semana Santa (con más cercanía que muchos veteranos) me permite juzgar y opinar sobre algunas cuestiones  a reformar y restaurar y que aquí propongo como una evaluación totalmente debatible  pero también necesaria: 

  • Hay que reducir actos (menores y mayores) que se ha ido acumulando a lo largo de los años.
  • Hay que reestructurar cofradías (aparte de declarar ya “numerus clausus” para los intentos de crear nuevas), habría que estudiar el modo de unir varias en una, sin que ninguna perdiera sus lógicos derechos y tradiciones propias.
  • Hay que plantear igualmente, considerando los intereses de todos, los trayectos de algunos de los desfiles procesionales en aras de la eficacia, la dignidad y las posibilidades de las cofradías.
  • Hay que solicitar a los párrocos mayor atención y dedicación a las asociaciones publicas de la Iglesia que son las cofradías.
  • Hay que exigir a las Juntas Parroquiales y a la Junta Mayor que se impliquen más en los casos de “infecciones”  de la fiesta que menoscaban su salud,  su pureza y su disciplina.
  • Hay que “aclarar” la relación con los medios, sin vender el alma solo por “salir en la foto”, sin depreciar tampoco su aportación positiva y provechosa para la fiesta.
  • Hay que fomentar el dialogo y la coordinación entre los agentes principales, representativos, reguladores y coordinadores de la Semana Santa Marinera: Clero Parroquial, Juntas Parroquiales, Junta Mayor e incluso Ayuntamiento y Policía Municipal.
  • Hay que hacer compatibles todos los aspectos que concurren en la fiesta: los religiosos (atención a los oficios litúrgicos oficiales), procesiones y desfiles, aspectos antropológicos y etnológicos, momentos lúdicos, convivencia entre cofrades y aspectos sociales: solidaridad con los desprotegidos.

Naturalmente, para hacer todo esto hace falta que a nivel individual y colectivo nos carguemos todos de responsabilidad, coherencia y un espíritu verdadero de diálogo, aportando generosidad, sacrificio y deseo de renovación. ¿Por qué no convocar una especia “congreso constituyente” donde todos nos pusiéramos a la labor valiente y atrevida de corregir, sanear y renovar y dar nueva vida –con el respeto sagrado a nuestras tradiciones – a la Semana Santa Marinera de Valencia. ¡Convertir en leyes refrendadas por el arzobispado nuestras normas y  reglas nacidas de pactos y consensos es también urgente y evitaría situaciones disciplinares equívocas!
No soy un “semanasantero” (no llego a colegir qué es eso: si es solo pasión sin razón, no me va) pero me gusta y amo esta Semana Santa. Por eso con prudencia y humildad me atrevo a exponer estas mis opiniones.

1 comentario:

  1. No sé exactamente cuanta gente hace penitencia o "desfila" en la Semana Santa, lo que sí sé, es que muy pocos creen y sienten fe en las procesiones en las que participan. Lo digo desde mi experiencia personal, muchas personas durante mi paso en una hermandad me preguntaban por qué iba a la misa de Resurrección, en lugar de quedarme bebiendo y bailando en el local social...

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