Ayer me invitaron a una boda civil. Lo
hicieron con cierto prevención y temor porque no sabían si era procedente, dada
mi condición de sacerdote. ¡Pues claro que sí iré a la boda, yo estoy al lado de todos y
además, si son amigos, más! Porque creo
que la vida, como al campo, no se le
puede poner puertas y porque todos tenemos el deber primero de ser felices y hacer
felices a los demás. Otra cosa es a lo mejor, vivir según situaciones
regularizables, pero “el hombre se ha
hecho para el sábado y no el sábado para el hombre” que diría Jesús de
Nazaret
Hace unos meses, cuando estuve en Roma vi
este anuncio, que veis arriba, puesto en el atrio de uno de esos templos
gemelos que hay en la Piazza di Popolo.
Era sobre la pastoral de los separados y divorciados. ¿Por qué algunos sectores
muy grandes de la Iglesia los rechazan o incluso los condenan? ¿Por qué muchos de
ellos ante ese rechazo se aíslan más e incluso rompen definitivamente con la
iglesia y después la hostilizan? Por qué no somos capaces los católicos de
encontrar una solución y de seguir mostrándoles el rostro amable de Jesús, que
los comprende y sigue queriéndoles.
Mirad lo que dijo el papa B16 en el Encuentro
de familias pasadfo. Al leer comprueba si hay alguna sospecha de condena, algún
atisbo de hostigamiento hacia esos hombres y mujeres que ya deben sufrir lo
suyo porque su primer proyecto de pareja
ha fracasado.
"Quisiera
dirigir unas palabras también a los fieles que, aun compartiendo las enseñanzas
de la Iglesia sobre la familia, están marcados por las experiencias dolorosas
del fracaso y la separación. Sabed que el Papa y la Iglesia os sostienen en
vuestra dificultad. Os animo a permanecer unidos a vuestras comunidades, al
mismo tiempo que espero que las diócesis pongan en marcha adecuadas iniciativas
de acogida y cercanía."
(B16, de la homilía en el EMF '12)
No sé si lo hay, pero yo no he visto en nuestras
parroquias ningún tipo de pastoral así.
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