Alguien me manda
por correo electrónico la foto enternecedoramente cursi de un niño de dos
añitos vestido con casulla, y al pie, la leyenda “¡ Señor, envía operarios a tu mies!”.
Le contesto cariñosamente
enfadado: “… y beatos/as que les limpien
los pañales!”
Creo que nuestra
oración por las vocaciones, provocada por la angustia de que los curas ya no tenemos
repuestos, debería cambiar de dirección. Hay que pedir que esta nuestra iglesia desclericalice
y que sea un Pueblo de Dios donde la
mayoría decida y solucione los problemas que ésta tiene. Hay que pedir un
laicado fuerte y libre en la Iglesia.
¡Señor envía obreros
laicos a tu mies, que el Espíritu Santo solucionará de otra manera la escasez
de sacerdotes, con ministros de la Palabra
y d los Sacramentos!
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