Antes
de ayer, en Moncada tuvimos una reunión clerical casi al completo. Todos los curas de la diócesis acudimos a la convocatoria
que hizo el arzobispo para informarnos de los proyectos pastorales a nivel
diocesano. Lo llamaron asamblea sacerdotal y de asambleario bien poco tuvo,
cosa bastante habitual en nuestra iglesia. De
todos modos tampoco tiene mucha importancia, los clérigos estamos tan acostumbrados…
Algunas
cosas fueron realmente muy interesantes como la presentación del programa pastoral a través de un buen montaje audiovisual. Fue
una exposición impecable. Pero algo fría. Se leyeron las aportaciones de
los arciprestazgos (esto sí que fue asambleario), se presentaron los proyectos de este
curso que giran sobre todo alrededor del Jubileo de la Misericordia con motivo
del Año de la misma, proclamado por el
Papa Francisco.
Igualmente se
anunció que este curso también será sólo para la diócesis de Valencia, un año eucarístico bajo el patronazgo del Santo Cáliz. A mí me parece que es un poco caer en la
redundancia (cuando no hace falta) en lo que antes se ha dicho. Pasaron un
pequeño reportaje sobre la autenticidad de la reliquia con regusto casi a
promoción religioso-turística. Con decir que el mismo
Ayuntamiento y la “Generalitat” están interesados…
La reunión plenaria de curas con sus obispos se acabó presentando el
Encuentro Europeo de Oración de los jóvenes de Taizé.
En un momento de la
llamada asamblea, el arzobispo mencionó que en este próximo adviento aparecerá el nuevo Misal Romano, cosa que a mí por lo menos me sorprendió muy gratamente como a toda la asamblea
que reaccionó como con un aplauso espontáneo.
Como siempre para mí lo más
positivo es el encuentro con mis
compañeros sacerdotes, y el ambiente de fraternidad que, al terminar, se creó
en la comida posterior.
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