miércoles, 2 de marzo de 2011

CEE: Nihil novum sub sole



Al igual que con los premios de cine Oscar que todo el mundo ya sabe lo que va pasar, cuya tendencia conservadora siempre sale a flote, y que hace cierto lo de “nihil novum sub sole” (=nada hay nuevo bajo el sol), en nuestra Conferencia Episcopal Española ocurre lo mismo. Esta semana se reúne el órgano de mayor poder e influencia de la Iglesia española, y, ¡más  de lo mismo!

En primer lugar una declaración de principios para que no se me persiga y queme como hereje: yo veo con mis ojos de creyente y miembro orgulloso de la Iglesia, en los obispos, a los sucesores de los apóstoles. (A mi obispo le profeso respeto y obediencia).  De ellos espero su enseñanza, su guía, su pastoreo. Reconozco sus voces… y ellos no sé si conocen mi voz.

Pero otra cosa es ese ente colegiado cuyo rostro no es muy grato a muchísimos, que es la Conferencia Episcopal Española. Me mueve a compasión y a disgusto. Es una de las instituciones de más mala prensa en nuestro país. Representa una Iglesia jerárquica totalmente demodé. Los obispos que se mueven (es decir, actualizados, con un mensaje claro y de sentido común), “no salen en la foto”. Cada vez que su portavoz anuncia algo, la arma

Sí ya sé que la oposición mediática -"agnóstica, atea, judeomasónica, anteclerical" (!)- está siempre en su contra, pero
a ,veces tienen más que razón.No hay mensaje de la CEE que no tenga alguna condena, algún aviso de peligro, alguna prohibición… Esta semana que si internet, que si ... ¡Nunca un mensaje positivo: el Evangelio y Crsto que camina a la par que esta sociedad nuestra con su valores y contradicciones!

Y además nuestros obispos se perpetuán en los cargos. Desde años no hay una verdadera renovación en la cúspide de ese poder que es la Iglesia Española. El eminentísimo Rouco por cuarta vez sale elegido. Sus electores están tan periclitados como él mismo. ¿No hay quien le diga a este Cardenal que tiene casi 75 años, que sí, que tiene muchos méritos y cualidades y carismas, pero que debe dejar paso a otra más joven y actualizada generación de obispos (que los hay).

Así nos va: cada vez se nos escucha menos, cada vez se abre más la grieta de separación que hay entre la Iglesia jerárquica y el resto. ¿No es la iglesia un mismo cuerpo, el de Cristo? Creo que van a publicar un documento sobre el amor humano(!). Temblando estoy.

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