domingo, 7 de abril de 2019

LA MUJER INFIEL



He aquí un una página del Evangelio que hoy se lee en todas las iglesias, que además de estar magníficamente escrita, se llena de significaciones y avisos para nosotros los hombres y mujeres de hoy. Lo que expone está de rabiosa actualidad: las sospechas de ciertos eclesiásticos, los intereses de los políticos, los juicios populares hacia ciertos situaciones humanas (homosexualidad, eutanasia…) repiten hoy lo que a las puertas del templo de Jerusalén ocurrió hace dos mil años.

Hay un grupo de gente que se cree poseída de la verdad, que cuando le conviene, intenta aplicar todo el peso de la ley sobre los más débiles e indefensos. Los escribas y los fariseos, la gente guapa, los que tienen poder en los medios de comunicación etc. que son partidarios de que la ley se cumpla a rajatabla.

Por otro lado hay una pobre mujer que ha cometido un grave delito ante los ojos de los demás, que es más bien un grave error: ser infiel a su marido. Cuando nos equivocamos muchas veces no es muy fácil atribuir a algo a alguien la culpa. Lo cierto es que esa mujer estaba sola, desorientada, aterrorizada, desamparada, sin ninguna defensa.

Y hay otro personaje Jesús de Nazaret, el Cristo, en medio de los dos. Él enseguida sabe por quién tiene que tomar partido. Es una situación difícil, arriesgada, comprometida. Pero lo tiene claro: antes de la ley, está el ser humano. Y la actitud de Jesús es no condenarla, ponerse a su lado, defenderla no sólo porque sea una mujer sino porque es una criatura de Dios, quién es el único que la podría condenar.


Libre valiente listo, misericordioso, comprometido: este es el Jesús de Nazaret en el que yo creo.

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