lunes, 5 de diciembre de 2011

Un breve relax



Los sacerdotes, habitualmente, tiene en los domingos y  festivos los días de más acumulación de trabajo. Muchos se toman sus días libres que suelen ser el lunes u otro día de la semana.

Yo en este tiempo en que me he quedado sólo en el servicio pastoral de la Parroquia, prácticamente nunca puedo cogerme un día completo libre, simplemente para recrearme y distraerme un poco. A lo más, la tarde de domingo (cierro el templo hacia las dos y cuarto) y si esa tarde no la interrumpo porque hay que acudir a alguna procesión o actividad de otra parroquia.

Ayer por ejemplo me fui con unos amigos a comer. Lo hicimos muy bien y aunque terminamos muy tarde, aun pudimos contemplar la puesta de sol desde una cima elevada de las estribaciones de la Sierra Calderona. El monte, pese al inminente invierno que se avecina, está precioso, debido las abundosas lluvias recientes y una vez más la naturaleza pintó sobre el lienzo del horizonte todo un festival de rojos, naranjas, ocres, amarillos, verdes, azules y grises en una magistral, caprichosa y única puesta de sol.   

Breve, pero intensa fue, pues,  mi tarde de domingo.

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