viernes, 7 de enero de 2022

¡SE ACABÓ LA NAVIDAD!

 


Ya han pasado las fiestas de Navidad. Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, Reyes… Litúrgicamente, todavía hay que alargar este carrusel de fiestas pue el tiempo de Navidad acaba al domingo siguiente de Reyes, con la fiesta del Bautismo del Señor. ¡Demasiado!

No me van mucho a mí estas fiestas: me producen melancolía y cierto hastío. En el servicio de cura a la Parroquia, los actos de culto se duplican, cargados de rutinaria devoción. Liturgias y liturgias y la sensación al pronunciar las homilías que suele preparar la sensación de repetirme, con lecturas de textos casi iguales…


Y ahora hay que ponerse a la labor de desmontar todo lo que ha sobrevenido en estas fechas festivas pasadas: en las calles se retiran las ornamentaciones y luces que hacía de éstas una feria de iluminación rutilante y en nuestras casas guardamos los adornos, las guirnaldas, el belén con sus figuritas congeladas en el tiempo, las coronas orladas de cintas, flores y frutos…

Retornamos a la vida corriente y cotidiana, con la resaca de unos gastos excesivos -habrá que ser austeros en este enero- y también con los kilos de más en el cuerpo… Mañana empiezo la dieta.

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