Se oyen tambores de guerra y además muy cercanos a nuestros oídos. Leo en “El País” en la portada de hoy: “La OTAN se declara en alerta y envía refuerzos al Este. La Alianza afirma que tomará “ todas las medidas necesarias “ en defensa de sus socios. Biden estudia desplazar miles de soldados y buques de guerra”
La guerra, que nunca se acaba. La guerra que a veces nos parece que está muy lejos (Irak, Afganistán, Yemen, Camerún…) Pero ahora el peligro está ya aquí en Europa, en Ucrania. El ruido de la guerra amplificado tremendamente por los medios de comunicación que también muchas veces ocultan los verdaderos motivos por los que suenan esos tambores.
Otro titular que nos habla de la tensión entre Occidente y Rusia: “la OTAN envía refuerzos a Europa del Este para disuadir a Rusia. Londres advierte de un plan para tomar Kiev en una “guerra relámpago”. Tristes, tristes titulares de la prensa de hoy.
Esta tarde he visto una película en Netflix que situada en 1939 parece contar lo mismo que está ocurriendo ahora. Francia e Inglaterra cediendo a las ambiciones de Hitler para ocupar la región de los Sudetes en Checoslovaquia y así tratar de evitar una guerra que un año después fue inevitable. Fue el pacto de Munich, antesala del gran desastre de la Segunda Guerra Mundial. La película se titula “Munich, la víspera de la guerra”, una buena película que retrata lo que puede ocurrirnos hoy en Europa.
No se aprende, mejor dicho no interesa, a mi me parece que está todo preparado y cuando lo crean oportuno, cortan y todos de acuerdo
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