Y ahora escribo sobre “No mires arriba”, la película de la que todo el mundo habla. Es una película apocalíptica, de esas que hablan del fin del mundo, acontecimiento que dadas las circunstancias pandémicas parece que esté muy cercano.En muchas películas en el cine se ha tratado el tema de la hecatombe final en donde el mundo que conocemos desaparecerá.
No es un tema nuevo sino más que viejo: véase en la Biblia todo el género llamado apocalíptico que versaba sobre el juicio final de Dios sobre la tierra. En el año mil en la edad media, se extendió en muchas regiones de Europa que ese número redondo coincidiría con el final de todo. El llamado milenarismo provocó terror, espanto y angustia y hasta revoluciones. Recuerdo que cuando llegamos al año dos mil también se temía algo malo: que si los ordenadores se equivocarían, fallarían y borrarían todo el disco duro, lo cual para muchos equivalía al final de todo. Pero retornemos al cine: hay muchas cintas de ciencia ficción que versan sobre la hecatombe destructiva sobre el mundo o sobre éste ya destruido donde quedan muy pocos supervivientes. ¿Quien no recuerda las películas, por ejemplo, “Cuando los mundo chocan” de Rudof Maté y que a mí me aterririzó cuando era un crío,” o “Melancolía” de Lars von Triers, o incluso la magistral “Sacrificio” de A. Tarkovski”? También en series de televisión recuerdo la estremecedora “The leftlovers” “Les revenants” con guión de Emmanuel Carrère.
NO MIRES ARRIBA (Don´t look up, EEUU,2021) de Adam McKay.
Una estudiante de astronomía y su profesor descubren aterrorizados que un cometa se dirige en colisión directa al planeta Tierra. Un gravísimo problema que se une a otro aún peor: que nadie les hace caso. Ni la presidenta de los Estados Unidos, ni la NASA, ni los medios de comunicación ni las redes sociales ni los grandes capitalistas. Nadie quiere mirar hacia arriba.
El fin de este mundo o lo que será después de la pandemia. No es ni la primera ni la última vez que el cine este acerca de este tema tan apocalíptico. El director de la película, un conocido guionista, construye una metáfora alucinante de lo que es esta sociedad actual que hemos montado. Lo hace descaradamente, destapando el absurdo y las situaciones deshumanizadoras que se sostienen con los intereses de los políticos y los emporios mediáticos. En serio y en broma van desfilando ante el espectador distintos personajes, verdaderos esperpentos sociales que son fáciles de encontrar en la realidad de nuestra civilización. Muchas de las situaciones que se describen comienzan así en broma pero lentamente producen verdadero terror en el espectador. Lo mejor de la película, su parte final -esa conmovedora escena de la comida- y la interpretación de Meryl Streep en ese papel de mujer odiosa y antipática que solo ella sabe componer. ¡Ah, y una banda sonora excelente! En NETFLIX
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