martes, 31 de enero de 2012

Popieluzsko

Juan Pablo II ante la tumba del sacerdote martirizado
Daos prisa, si queréis ver la película Popieluzsko, la libertad está entre nosotros (Polonia, 2011) de  Rafał Wieczyński. Lo advierto, porque ayer estábamos sólo tres en la sala viéndola. La retirarán de cartel enseguida. Narra los últimos años de un cura heroico, de éstos que hacía compatible sacristía con calle y que se entregó por el Evangelio a la causa de los obreros y los oprimidos por la férrea dictadura comunista. La policía polaca lo secuestró y apareció muerto tres días después entre los juncos y malezas de la orilla de un lago.

Ese martirio fue en octubre de 1984, aquí os transcribo un fragmento de una de sus últimas homilías dicha ante multitudes de polacos sufrientes y sedientos de libertad.

FRAGMENTO DE LA HOMILIA DEL PADRE JERZY POPIELUSZKO 
DEL 26 DE AGOSTO DE 1984.
 
“Desde hace dos años, se dice que SOLIDARNOSC sufre una herida que sangra sin interrupción pero que no es una herida mortal, porque la esperanza no se puede matar. Hoy, más que nunca vemos y sentimos que la esperanza del agosto de 1980 vive y trae frutos. Lo vemos
especialmente admirando la fidelidad de los ideales de nuestros hermanos, que regresan de la cárcel. Hoy, estas esperanzas tiene un valor todavía mayor, porque han entrado en los corazones y las mentes de los hombres y aquello que entra en el corazón, que está profundamente ligado al hombre, no se puede arrancar por ninguna orden o prohibición.
Nuestras esperanzas de agosto de 1980 viven todavía y nosotros tenemos el deber de
seguir cultivándolas en nuestro interior y compartirlas con nuestros hermanos. Hace
falta quitarnos el peso del miedo que nos paraliza, que inmoviliza los corazones y mentes de los hombres. Repito aquí una frase que habéis oído con frecuencia: “Sólo debemos tener miedo de traicionar a Cristo por cuatro monedas de estéril tranquilidad”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario