domingo, 8 de enero de 2012

Un Credo inoportuno


Ayer asistí concelebrando, al entierro de la madre de un sacerdote amigo y compañero en el arciprestazgo. El obispo, muchos sacerdotes y muchísima gente abarrotaban el templo. Se notaba que la gente apreciaba al cura  por cuya madre se hacia el funeral. Y es así: este compañero es buen párroco, tiene ya la edad de retirarse y sin embargo, por servicio a la iglesia y obediencia al obispo, sigue en la brecha.

Como digo, la Misa fue celebrada con gran devoción y espíritu litúrgico. Se cantaron algunos cantos fácilmente identificables a un movimiento multitudinario de la Iglesia. Algunos de ellos han pasado al acervo popular, pero otros eran desconocidos para los que eran ajenos a ese movimiento.

Yo me sentí incómodo, cuando después de la homilía del obispo, sin que corresponda al ritual de exequias, se cantó el credo ¡que sólo cantaron dos ó tres curas y los integrantes de ese movimiento! No me parece correcto que dentro de una acción eclesial como es la eucaristía se añadan cosas para enfatizar el testimonio de fe, y que además no se coopere por integrar, unir y cohesionar a la comunidad. Luego dicen que hay cristianos de clase A, de clase B y de clase C.

Como veis no digo nombres, ni pongo etiquetas, pero con señalar es suficiente.

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