martes, 17 de enero de 2012

Una comida con el ”Sindicato de la Aguja”.


El domingo pasado comí con el Sindicato de la Aguja. Es el nombre popular y cariñoso que se le  ha dado a una institución religioso-seglar popular (en realidad se llama Pía Unión de Activas del Apostolado Seglar) que procedía del antiguo movimiento obrero católico, cuando muchos buenos curas, movidos por la “Rerum Novarum”, fundaron agrupaciones e instituciones para proteger  la clase trabajadora de la rapiña de los poderosos. (En este sentido, no se ha adelantado mucho: seguimos en sus garras).

A mí  la idea de su fundador, Manuel Pérez Arnal (que nació en Náquera en 1879 y murió en 1946),
me parece genial y siento que todo  este movimiento católico no supiera evolucionar (¡la misma Iglesia le puso freno!) y de sus espacios se aprovecharan los sindicatos de raíz socialista o marxista.

Comí, pues, con los miembros (no “miembras”) del Sindicato de la Aguja, una estupenda “fideuá”, conversando con su consiliario, el P. Enrique Lasa, carmelita, y  con este grupo de mujeres, en un ambiente muy cordial. La mayoría pasaban de los sesenta y algunas, mucho más, y el domingo se reunían porque por la tarde tenían asamblea para, según sus estatutos, elegir nueva presidenta. Les deseo que acierten y que su asociación tenga larga vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario