Ir de cancaneo

Un compañero bloguero, algo timorato él (para lo que quiere) anda escandalizado por el uso de una palabra que él utilizaba inocentemente y de la que el diccionario le ha descubierto ciertas sórdidas, escabrosas y promiscuas acepciones sexuales. Nunca más lejos del sentido que él le daba: divertirse sanamente con entretenimientos más que inocentes.

En el seminario nos educaron con tanto escrúpulo y mano de hierro, que si no hacemos paréntesis de algunas tonterías u obsesivas ideas, estaríamos más inmovilizados que una momia. Y eso que yo estoy muy contento y agradecido de muchas cosas que mi formación de sacerdote consiguió en el duro enclaustramiento del internado del seminario.

Pienso que en un blog –que es una especie de diario personal abierto- la libertad de escribir y pensar y la sinceridad y autenticidad deben primar incluso sobre lo hasta políticamente correcto. Sé feliz y además santo, si puedes, amigo bloguero.