Con motivo del Pregón Oficial de la Semana Santa Marinera de Valencia que se pronunció en la Iglesia de los Ángeles, el Ayuntamiento de la ciudad adorna la plaza con banderas, y llena de flores los arriates pelados durante todo el año de flores ¡que duran cuatro días por los embates de los niños jugando al balón!
Este año, por la tremenda crisis que, además de limpiarnos los bolsillos, nos está helando hasta el alma, se ha prescindido de banderas y de otros adornos. El templo que se llenaba de sillones, alfombras y moquetas estaba medio desnudo y como ornato floral en la plaza colocaron cuatro jardineras de hierro con flores. Esta vez, al ser altas, los vándalos infantiles, celosamente dirigidos por sus madres y abuelas que los guardan, no las han pisoteado.
Pero la dicha dura poco en la casa del pobre: pensaba que las dejarían y al menos tendríamos algo de adorno en una plaza que es bonita, pero a la que le sobra el cemento. Pues no, ¡esta mañana se han llevado los cuatros maceteros! La señora alcaldesa, Doña Rita, en su plan drástico de ahorro, se las ha llevado a otra parte.
Lo gracioso es que, para hacerlo, han venido una camioneta con grúa, una furgoneta que transporta las herramientas y a tres empleados y han estado en la plaza para hacer esa labor de cargarlas en la camioneta cerca de dos horas. ¿Dónde está el ahorro? Para hacer ese viaje no hacían falta tales alforjas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario