miércoles, 14 de marzo de 2012

la aventura de leer


La fachada de la Iglesia de los Ángeles, sobre todo, la  parte que recae bajo el campanario, es espacio de grandes eventos deportivos. Los críos y  adolescentes compiten a ver quien, con el balón, puede darle más mamporros. Yo me enfado con ellos pero a veces veo que la batalla anda perdida. Hay un riesgo muy real de que algún balonazo pegue a algún bebé o a algunas de las muchas personas mayores que obligatoriamente transitan. En fin, que muchas veces hay que pensar: ¡es la guerra, mas madera!

Pero he aquí otro maravilloso uso que hace esta chico de la misma fachada, al que he fotografiado esta mañana. Recostado sobre ésta, ¡está leyendo! ¡Qué maravilla! Un muchacho, a la hora de la mascletá (la foto está tomada a las 13:30) con un libro en la mano, aprovecha el suave sol de marzo y se dedica a una de las más bellas actividades humanas: leer.

Mirad que posición más relajada: descalzo, y cómodo, todo su cuerpo forma un arco cuyo centro de atención es el libro: ¿qué comunicación, que pensamientos, que ideas, qué fantasías, qué vuelos, qué aventuras, -todo eso y más,  nos es dado en la lectura- le estará sugiriendo el autor del libro?

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