lunes, 2 de abril de 2012

Tirios y troyanos en el Domingo de Ramos


A la misma hora en que Jesús entraba en Jerusalén: los mantos remendados como alfombras, ramas de olivo y palmas agitadas, y niños aclamando, por la puerta opuesta de Jerusalén seguramente estaban entrando brutalmente los soberbios soldados romanos que custodiaban a Pilatos en su traslado a la fortaleza de la Torre Antonia en Jerusalén. Briosos caballos, banda de tubas y timbales, guirnaldas de flores y aclamación pública de “entusiastas”  seguramente comprados.

Ayer lo celebrábamos. El Domingo de Ramos en la Semana Santa hace posible lo que imposiblemente ocurrió en la historia: que en la procesión de entrada de Jesús acudieran todos: tirios y troyanos, romanos y cartagineses. Aquí, en este caso, feroces romanos, bellas samaritanas y Claudia Prócula, la meujer de Pilatos, hebreos y curas y  cristianos posmodernos. Las fotos son un ejemplo. That is the Cabanyal!

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