¡Feliz año nuevo!

Esto no es un fotograma de "Los santos inocentes", sino que estábamos pasmados del frío que hacía.

Un repaso a la cartelera navideña de cine. Cine para mayores (y 3)

Ayer pude ver en sala de cine El topo, una estupenda película de espionaje de las de antes. De hecho, es una nueva versión al cine de la novela de John Le Carré. Echo de menos ese tipo de cintas que otrora podíamos ver. Y es una de las películas que me atrevo a recomendar a los pacientes  seguidores de este blog para ver en estas navidades. Dirigida por Tomas Alfredson (“Déjame entrar”) además está interpretada por Gary Oldman y Colin Firth, el flamante ganador del Oscar.

Igualmente, quizá esta vez para los cinéfilos pero también los que les guste el cine antiguo, el gran homenaje que se hace al séptimo arte de antaño, cuando éste empezaba a hablar: aquellas películas mudas que hoy andan acumulando polvo en las latas de los sótanos de las filmotecas. En blanco y negro, sin palabras, hasta que el cine echa a hablar: hablo, pues, de The Artist, una película francesa que ahora está de estreno.

Claro que si buscáis acción, intriga y suspense, se puede ir a ver Driver, una película sorpresa por sus variaciones de trama. Para el que sea muy asustadizo no le recomiendo que vea No tengas miedo a la oscuridad, una de muchos sustos bastante bien hecha con la tutela de Guillermo del Toro, el rey del terror fantástico. También aun se puede ver La conspiración de Robert Redford, cineasta cada vez más blando y correcto políticamente, sobe el juicio que se hizo a los implicados en el asesinato de Lincoln.

Por último, si queréis ver cine-cine repescar (que aun están en cartelera) Melancolía, El niño de la bicicleta o El árbol de la vida. Disfrutareis.

Salomé, la ópera de Strauss

Hace unos días escribía de San Juan Bautista en el blog, aquel coloso que preparó la venida de Jesús. La otra noche pude ver (y oír) la opera de Richard Strauss (no confundir con el elegante y blando autor de los valses),  Salomé basado en una pieza teatral que  Oscar Wilde escribió sobre le episodio que cuenta el Evangelio. Ya de por sí este autor es bastante morboso, pero el libreto de esta ópera lo es aún más incrementado por una puesta en escena que refleja el ambiente decadente y vicioso la Viena de entreguerras, con figuración nazi y sensualidad enfermiza.

La partitura de Strauss es sublime, con sus melodías brotando y muriendo de un modo inasible, atisbando una luz que nunca llega se van desgranando en escalas atonales y politonales. Pero la puesta en escena de la ópera es a veces casi insoportable. Una Salomé histérica, en el  sentido exacto de la palabra, besando los labios de la cabeza decapitada de Juan el Bautista, y refregándose ésta por su cuerpo ensangrentado en una especie de danza repulsiva es algo bastante repugnante.  Esta ópera llego a prohibirse pòr su inmoralidad y escándalo que provocó; hoy, ya andamos curados de espanto, pero sigue en vigor el asco que puede  provocar. Es una muestra de la paradoja de la actualización de la puesta en escena de muchas operas, que ha pasado del puritanismo y la pazguatería, al sarcasmo, erotismo  y la explicitud más descarada.

A mí me gusta casi más esta Salomé solo oyendo su música y no viendo las pasionales imágenes de esta interpretación. http://www.youtube.com/watch?v=fNI9EbZu2gs&feature=player_detailpage 

También las Cofradías cantan.

Sorprendente la interpretación de un villancico tradicional  que hizo la Real Hermandad de Jesús con la Cruz y Cristo Resucitado en el festival de Villancicos de la Junta Mayor de Semana Santa. Bueno, si se les quitara la voz y solo se les viese el rostro cantando parecería que estaban cantando el Réquiem de Mozart: tan serios estaban.

Eso sí, cantaron muy requetebién y yo creo que este es el descubrimiento y revelación del año y tienen una pista para especializarse en sus efluvios canoros. Muy coquetos ellos, estaban hasta elegantemente uniformados.

Adelante, que ésta, como la  de los belenes es una actividad muy digna para una cofradía. Como no sé qué tengo que hacer para indicaros el enlance del vídeo de su actuación, en otro momento os lo facilitaré

¡Felicidades!

Os deseo una feliz Navidad 

y un año 

de 2012 
lleno de la gracia del Señor.   

   Vuestro stalker amigo

                                     José Luis

    ¡Que Dios Niño os haga ser felices!

Un libro maravilloso

El otro día hallé en una librería de lance en el centro de Valencia este libro editado  en 1774: “GUÍA DE PECADORES” de Fray Luis de Granada”. Regateando un poco con el librero lo conseguí a un precio razonable, pese a que costaba lo suyo. Es una edición preciosa, bastante bien conservada y con el esmero de los libros impresos en el siglo XVIII, que suelen ser los mejor dados a la estampa en la historia de la imprenta.

Aunque parece que ya estamos metidos en la era Google, yo soy de la era Gutenberg.  Ya leo  en  mi e-reader  que me ha propulsado otra vez a la ilusión, nunca perdida, de la lectura. Pero leer un libro de las características de éste, del siglo XVIII, es un placer solo para escogidos y más cuando la prosa del fraile de la orden de Santo Domingo que lo escribió, es insuperable. Tal vez sea Fray Luis de Granada el escritor que mejor escriba el castellano en su siglo, que fue el XVI.

Sospecho que incluso –tal es la prístina argumentación que utiliza- si hoy leyeran este libro algunos  escépticos o descreídos se convertirían de nuevo a la fe cristina: tan bien conduce el dominico a través del camino de su prosa a los pecadores por su guía.

Niños canoros.

El templo parroquial abarrotado de gente hasta la bandera (entiéndase el coro). Ayer se me llenó la iglesia con los alumnos de un colegio situado en el ámbito parroquial. Todos los niños y sus seguidores: padres, abuelos, para verlos cantar, curso por curso, villancicos.

Una delicia ver cantar a los más pequeñitos, saltar y armar  bullicio mientras estrenaban sus dotes corales. También los más mayores -ya alumnos de cuarto de Primaria, muy serios, muy tímidos, muy quietos- cantaron su villancico.

El final lo bordó una chica de unos doce años que cantó un tema de “Los niños del coro” con una voz increíblemente angelical.

Un real belén en una real Cofradía

La foto no hace justicia  a lo retratado, como suele ocurrir con las miniaturas y maquetas. Las proporciones disminuyen la vistosidad y el espectáculo pequeño pero sorprendente, que es, en este caso, un belén. Aquí, concretamente, el que ha montado en su local social la Real Cofradía de Jesús en la Columna,  aquí en la parroquia de los Ángeles de El Cabanyal. Verdaderamente precioso, elegante y lleno de buen gusto.

No le falta pormenor y detalle y, en un espacio relativamente pequeño, han representado paisajes urbanos, agrestes montañas, valles fluviales, mercadillos y hasta el esplendor de Egipto y la soledad de  sus desiertos para representar la huida de la Sagrada Familia. Una preciosidad, una labor ingente, y un trabajo minucioso y callado. Les han dado el segundo premio de la Junta Mayor de Semana santa.

 

A mí me parece que todo está muy bien y más cuando ésta es una actividad que honra a una cofradía y fomenta nuestra fe y amor a este Jesús que ellos ahora adoran en una cuna y en tiempo de Semana Santa honran cuando está atado en una columna. Mi más sentida felicitación.

La muerte de un tirano

Una lágrima ajena auténtica vale más que el más grande de los mares. Nos mueve al respeto y nos inclina a la compasión y si, se tercia, nos obliga por empatía al llanto propio. Si su motivo es la alegría nos hincha el corazón, si es la desdicha o el dolor, nos lo encoge.

También hay lágrimas extrañas, importunas, inoportunas y forzadas. Estos días vemos en la televisión las lagrimas multitudinarias que todos los coreanos, -materialmente, todos-, derraman a moco tendido por causa de la muerte de su líder político, el tirano Kim Jong II. Yo me quedo perplejo. También cuando Franco –otro odiado tirano- murió, derramaron abundantes lágrimas muchos españoles que después lo olvidaron enseguida y cambiaron rápidamente de camisa y trocaron enseguida su llanto en risas.

Pero las lágrimas de Corea del Norte son harto exageradas y excesivas. Ver a una plaza pública abarrotada de ordenada gente berreando como un crío con ganas de mamar es muy fuerte. Es verdad que es un país oriental, con usos y costumbres muy distintas de las nuestros, que es un pueblo que debe estar aterrorizado por esa tiránica dictadura y manipulado vilmente hasta la saciedad. Pero ver a toda una nación llora a moco tendido… movería a risa sarcástica si no fuera que una lágrima (aunque sea falsa o banal)  siempre causa un cierto reparo...