jueves, 30 de abril de 2020

NO AMANEZCAS MÁS, DÍA



No amanezcas más, día.
Detente y párate aquí, 
en esta aurora enrojecida
que luego se vuelve rosa.

Quédate así, 
con tu desnuda luz blanca 
y con el rocío que palpita 
en la brizna de las hierbas,
y el temblor de sus lágrimas. 
Que no despierten los pájaros
en el estrépito de la luz, 
y, quietos y enmudecidos, 
permanezcan en las ramas.
Deja que gima la hierba 
porque se desvanece el rocío.

No llegues a la hora meridiana
ni al lubricán melancólico
que para mí ya es suficiente.
No amanezcas más, día.

miércoles, 29 de abril de 2020

RESILIENCIA: AGUANTAR TAMBIÉN TIENE SENTIDO




Sé que algunos estamos perdiendo los nervios en estos últimos días     (?) de confinamiento. Al menos eso me pasa a mí, que a últimas horas del día "me subo por las paredes". Está claro que el modo en que yo ando viviendo el estado de emergencia es sin duda diferente al de -por un motivo u otro- los que están acompañados: parejas, familias, compañeros  etc.. Estoy totalmente solo y sospecho que eso tiene más inconvenientes que ventajas aunque me evite las tensiones que lógicamente se despiertan en la convivencia estrecha de unos con otros. Como digo,  a últimas horas del día "me subo por las paredes". 

Así que, me digo a mí mismo, ánimo y adelante y como creyente que soy ahora es el tiempo de silencio, de la resiliencia, de aguantar. 

lunes, 27 de abril de 2020

GANDALF EL BLANCO Y EL COVID-19



Estos días de encerrona suelo revisar algunas de mis películas favoritas. No las veo completas sino que suelo seleccionar algunos fragmentos y secuencias que siempre me han gustado mucho. Anoche le tocó a esa trilogía de películas que es "El Señor de los Anillos" una obra cinematográfica magistral que quizá haya dado lugar a ese montón de secuelas tan repetitivas y para mi aburridas. En la tercera entrega de esta maravillosa saga "El retorno del rey", hay una secuencia larga que siempre me llenó de emoción y que me ha recordado la lamentable situación que estamos viviendo. Es la secuencia en que Gandalf, el mago blanco, recorre las murallas de la ciudad sitiada por el descomunal ejército del maligno Sauron.

Quien no conozca la película o no haya leído las novelas de Tolkien, Gandalf no es únicamente un mago, es más bien un líder, un guía, un «stalker», un pastor. Viste una gran túnica blanca y en sus manos lleva un cayado que en los momentos de oscuridad desprende un gran brillo. Es capaz de afrontar cualquier peligro, hasta exponer su vida por la Comunidad del Anillo. Muere ante un siniestro y gigantesco demonio y luego resucita.Sin duda que en el pensamiento del autor es un auténtico símbolo religioso. «¡Proteger la muralla!- grlita Gandalf recorriendo las murallas de la ciudad, animando y alentando a que los habitantes de la Tierra Media no se rindan ante la muerte que les rodea.

Pienso que nosotros ahora estamos en una situación parecida a la que nos cuenta la película. Sitiados por un peligro mortal, -el coronavirus- nosotros que somos creyentes hemos de iluminar, como Gandalf con su callado, tanta oscuridad que nos rodea, alentar con nuestras palabras y nuestros mensajes en las redes sociales a resistir y a no rendirse, cumpliendo las normas de prevención, llamando por teléfono a la gente que está más sola, promoviendo todo lo que sea solidaridad y coraje. ¡Tenemos nuestra fe en Jesús resucitado que es -como el cayado luminoso de Gandalf- una luz que alumbra la oscuridad de esta larga noche que estamos pasando!

domingo, 26 de abril de 2020

EL CINE DESPUÉS DE LA PANDEMIA (y 3)



Casi desde siempre, se ha hablado de la crisis del cine sobre todo cuando apareció la competencia de la televisión. Y éste ha intentado superar sus crisis buscando alicientes quée la llamada “caja tonta” no podía ofrecer: el color, la pantalla grande (cinemascope) el cine en tres dimensiones, butacas en movimiento etc. No sé si ahora sufriendo este grave marasmo general que ha producido en el mundo la pandemia del coronavirus el cine podrá superar tal crisis. El maldito virus ha provocado que se cierren todas las salas (¿alguien puede vaticinar cuando se volverán abrir?). 


Ahora mismo se consume más que nunca y en dosis desorbitadas, cine por televisión. Películas y más películas de toda clase de piel y pelaje, prácticamente se exhiben “en sesión continua” en los canales públicos y privados de televisión y en las plataformas digitales. La saturación de los espectadores se suele transformar al final en una banalización y frivolización de la imagen cinematográfica. Ésta queda totalmente adulterada: la sala de estar de nuestra casa iluminada con gente que entra y sale (a “visitar la nevera”, a acudir al servicio, a atender el teléfono) ha corrompido la experiencia primera -para mí, “sagrada”- del espectáculo del cine. Si ya los malos hábitos se trasladaban a las salas, ahora, va a ser difícil retornar a aquellos hábitos que sobre todo los espectadores más mayores poseíamos. Espero que cuando venga la normalidad, el cine, el buen cine, retome su ímpetu creativo e ilusione de nuevo a sus espectadores.

sábado, 25 de abril de 2020

EL CINE DESPUÉS DE LA PANDEMIA (2)



¿SE AVECINA UNA GRAN CRISIS DEL CINE? (2)

Una película debe verse en una sala de cine, en una pantalla blanca y grande, con las luces apagadas, y a ser posible, acompañados de espectadores que no sean molestos: que no comenten en voz alta el transcurso de una película con su compañero/a de butaca, que no molesten con el “¡cric-cric!” de las palomitas y el “¡schurfff!” de la de la pajita sorbiendo la coca-cola, que lleguen a tiempo y no te oculten, mientras se quitan abrigos y se aposentan, parte de la pantalla, etc. etc. 

Nostalgia de A. Tarkovsky
La oscuridad, el silencio y la gran pantalla blanca son el alma de este espectáculo en los que el espectador se refugia en una especie de noche blanca donde va a contemplar el desfile de la vida, penas y alegrías fingidas, que son también sus propia vida, sus penas y alegrías. Todo esto vivido, cuando el filme es verdaderamente de calidad artística, como una experiencia compartida por todos sus espectadores que vibran, ríen y lloran ante lo que el mágico mundo de las sombras y las luces del cinematógrafo presentan: tan real como la vida misma, porque “el cine es la vida” que decía François Truffaut. 

A mí me entusiasma y emociona mucho, cuando el público al final del visionado de una gran película, cuando aparecen los títulos finales de crédito, se queda materialmente clavado en silencio en la butaca, intentando sobreponerse del montón de emociones y sentimientos que ha vivido o también, cuando entusiasmado, rompe en aplausos de reconocimiento y agradecimiento aplaudiendo el acierto de esos artistas que han hecho posible las «subsidiarias» experiencias que han sentido.

¡Porque a mí el buen cine me ha hecho más consciente, más humano, más bueno!

viernes, 24 de abril de 2020

EL CINE DESPUÉS DE LA PANDEMIA



¿SE AVECINA UNA GRAVE CRISIS DEL CINE? (1)

Hubo un tiempo en que era muy fácil enterarse con antelación suficiente qué películas iban a pasar por televisión. De hecho, en aquel entonces, el cine era un gran soporte para los poquísimos canales de televisión que podíamos ver. La producción de programas propios era muy escasa, además de tener el inconveniente de gastos económicos que los presupuestos estatales no permitían. Tampoco había casi competencia. Aquí en España, durante mucho tiempo solamente conocíamos el primer canal que era Televisión Española y el UHF, el segundo canal que especialmente emitía programas culturales. Así era muy fácil la información general de la programación de la televisión con más de una semana de adelanto. Sabías por ejemplo con antelación aquellas grandes películas clásicas que programaba la segunda cande o UHF a latas horas de la noche.

Se publicaban pequeñas revistas que indicaban la programación de la televisión (“Teleprograma”). Así que era muy fácil para los que les gustaba el buen cine buscar entre sus páginas aquellas películas (¡muchas de ellas en blanco y negro!) Interesantes o que eran verdaderas obras maestras del cine, difíciles de ver ya en la pantalla grande a la que el público todavía acudía masivamente. Todos formamos nuestra pequeña cultura cinematográfica contemplando aquellas emisiones. Nos consolábamos entonces con verlas en la pantalla pequeña -bastante pequeña, por cierto, pues los televisores de cincuenta y cinco pulgadas o más son relativamente recientes-. 

Éstos han hecho que la sensación de ver una película en una sala de cine parezca ya posible en nuestras salas de estar. Decimos que con la televisión ya tenemos el cine en casa. Pero no nos llamemos a engaños. Su función es subsidiaria. Ver una película en televisión es como contemplar en una postal la escultura del Moisés de Miguel Ángel, nos da su referencia. Verla en vivo y en directo, en San Pietro In Vinculi, es la experiencia original e intransferible. 

lunes, 20 de abril de 2020

NECESITO VALOR


Necesito valor, sí,
coraje, esfuerzo, ilusión,
impulso y bravura.
Todas esas cosas
que sólo en el corazón caben
y que se nombran vanamente
con el vacío aliento de los labios.

Necesito ímpetu de vivir
y empuje hacia delante
con el empeño y la fuerza
del que levanta el puño
al arranque de una revolución,
como los marinos de Odessa
al tomar el “Potemkin”.

Fuerza, tesón, bravura 
para soportar el tiempo
en el que el agua desgasta la piedra
y el viento equivoca sus caminos 
embestir el mundo que defrauda 
y asaltar los cielos enmudecidos.

Me ha sido dada una palabra,
una promesa que se cumple.
Sé cuál será el cimiento 
y la palanca de mi vida:
“mi roca, mi escudo, mi baluarte”.

jueves, 16 de abril de 2020

LOS RUIDOS DE LA CALLE


Los ruidos de la calle

Cuando hace más de un mes, vivíamos una vida normal, muchos de nosotros nos quejábamos  de que la calle es una fuente continua de ruidos. El tráfico de coches. el trasiego de la gente, los niños yendo y retornando del colegio, los que hablan a gritos, los ruidos de los camiones de carga y descarga… Contra esos ruidos nos protegemos con ventanas insonorizadas, haciendo vida en las habitaciones de atrás etc. Pero el estado de alarma y confinamiento ha hecho que nuestras calles, especialmente en las grandes ciudades, enmudezcan. Y ahora os da la sensación de que tanto silencio nos altera y que incluso las calladas calles nos amedrentan -el aplauso de las ocho parece una alegre algarabía-. Después, el silencio hace que nos duelan hasta los oídos.

Esta mañana, sin embargo, los ruidos de las obras vecinas de un solar que están edificando  al lado de donde vivo, me han despertado gratamente a las 8:00 de la mañana, cuando yo antes despotricaba porque me interrumpían el mejor sueño.  Los ruidos me han sonado a arpegios de instrumentos celestiales: el poderoso sonido de la máquina excavadora, los pitidos intermitentes de aviso de precaución de los camiones, el zumbido potente de las poleas de la grúa, el grito de los obreros dándose órdenes e instrucciones… ¡La vida cotidiana con sus sonidos, sus estrépitos y ruidos que parecían retornar, me sabían a dulces melodías! Esa vida cotidiana que tanto estamos echando de menos… Aunque no nadie sabe cuándo regresará,

miércoles, 15 de abril de 2020

CLAUSURA: EN QUÉ ME SOSTENGO



Clausura: en qué me sostengo.

En estos días de aflicción y calamidad, pocas cosas me sostienen: mi oración personal, la Palabra de Dios, la música que siempre me estremece y la poesía (que leo y escribo) que expande mi corazón. 

No necesito nada más. Ni exposiciones del Santísimo transmitidas por Internet (i¡qué horror!), ni eucaristías virtuales, ni bendiciones a distancia: solo yo… y mi Jesús de Nazaret, el Resucitado en quien creo.

martes, 14 de abril de 2020

AYUDAR AHORA MÁS QUE NUNCA


Ayudar ahora más que nunca.

Estamos todos pasándolo muy mal. Nos preocupa mucho nuestra salud y nuestro aislamiento queremos que sea algo verdaderamente como una defensa de nuestra vida. Nos preocupa también la situación de nuestros familiares más queridos, algunos aislados verdaderamente y a los que muchos de nosotros nos debemos en su ayuda. Pero nuestros confinamientos han de vencer que éstos se tornen en celdas insolidarias.

En este sentido las palabras de este gran Papa que a los creyentes Dios nos ha dado -el mejor regalo en muchos años- nos recuerdan constantemente ahora más que nunca que hemos de ayudar a los demás. Por eso hemos de favorecer, si no directamente, sí  a través de instituciones esa solidaridad que tenemos que sentir. Mediante donaciones, mediante cualquier otro gesto que, sin romper la cuarentena, pueda aliviar el sufrimiento y necesidad de mucha gente que puede estar pasando hasta hambre.

Nuestro confinamiento no debe ser escudo de nuestro egoísmo.

Mañana y pasado, en nuestra Cáritas Parroquial vamos a repartir lotes de alimentos para las familias que Cáritas habitualmente ayuda a lo largo del año. En la foto algunos de los muchos lotes de alimentos que mañana se repartirán.

sábado, 11 de abril de 2020

UNA CEREMONIA SINGULAR PARA ASUN


Esta tarde he realizado una extraña ceremonia.

He celebrado la ceremonia de un entierro sin el "corpóreo insepulto" es decir sin el fallecido dentro del templo. A la misma hora en que iba a ser incinerado su cuerpo, como si estuviera éste enfrente del altar, he oficiado el rito de exequias como lo indica nuestra liturgia. A puerta cerrada, sólo yo, pero veía delante sus restos morales, a sus familiares mas cercanos, a todos los amigos (y míos) que tanto la querían.
Romería del Rocío, 2007

Con toda la intensidad de mi espíritu he rezado por mi amiga Asun, cuyo cuerpo ahora torna a las cenizas, pero cuya alma brilla como oro puro delante de Dios. 

Ésta es una de las oraciones que he rezado: 
Señor, te damos gracias y te pedimos por Asun que nos fue tan querida, tan familiar y tan amiga cercana. Que nada de las ilusiones y los esfuerzos de su vida se pierdan, que los que quedamos sepamos respetar su memoria, sus obras y su ejemplo.

Que siga viviendo en nosotros y en nuestros corazones. Que eso nos mantenga unidos en la paz y amistad en la tierra y en unión con Cristo. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. ¡Por la misericordia de Dios, su alma y las almas de todos los seres difuntos descansen en paz! Amén.






viernes, 10 de abril de 2020

Mi DESPEDIDA DE ASUN




Mi despedida de Asun. Mis recuerdos.

Se nos ha ido Asun, mi amiga, nuestra amiga. Ahora y aquí, qué difícil es despedirse de ella porque junto al sufrimiento de esta pérdida, está también el recuerdo entrañable y la solidaridad dolorosa hacia su madre y hacia su hermana que en circunstancias tan adversas no han podido ni siquiera despedirse de ella.

Se nos ha ido una mujer valerosa: toda su vida ha tenido que vivir con un montón de limitaciones físicas que a pesar de todo -¡que gran lección!- las soportaba con coraje y naturalidad, sin empañar en ningún momento sus expresiones y actitudes de cariño, de amistad y de buen humor. ¡Cómo la vamos a echar de menos!

Desde hace muchos años me unía a ella una gran amistad igual que con su familia. No hace ni medio año que estuve, invitado, cenando con ellos en su casa. Estaban muy contentos y especialmente ella, porque había superado la tremenda prueba de una operación muy seria, y llena de riesgo. Estaba feliz, se sentía más libre que nunca, era una mujer nueva. Y de pronto, este enemigo invisible que todos tememos, el coronavirus, en cuatro días, ha desbaratado toda su ilusión, ha roto su vida.

Yo tengo grandes recuerdos de ella, unidos muchos de ellos a la experiencia de la Hermandad del Rocío de Valencia pues casi desde el principio fue un miembro muy activo de ella. Ejerciendo de secretaria y encargándose de un montón de cosas que a pesar de las limitaciones que poseía, las ejecutaba con tesón, alegría y sabiduría. Hay algo de lo que me acuerdo muy especialmente y que me recuerda el corazón generoso de esta amiga mía (y de todos), que fue Asun. La recuerdo en las Romerías de Rocío, cuando a la hora de servir la comida ella se ponía detrás de las bandejas para servir a los hermanos cofrades. Siempre atenta, siempre dispuesta. siempre en servicio.

Bendita sea. Ahora yo sé que está junto a Dios el Padre de todos y al lado de su madre la Virgen, Madre de Desamparados, Virgen del Rocío. ¡Asun, descanse en paz!


lunes, 6 de abril de 2020

PERDÓN PARA TODOS



Ésta es la última carta enviada a mis feligreses. Os la envío a todos vosotros, mis lectores del Blog. Aquí la tenéis porque os puede interesar. ¡Y recordad que Dios es más grande que nuestros pecados, por muchos y enorme que nos lo parezcan!

 Queridos feligreses y amigos: Recordad que todos los días en la parroquia, a puerta cerrada, celebro la Eucaristía por todos vosotros. Aunque es una sensación extraña no ver a nadie en el templo yo sé que lo estáis vosotros llenando con vuestra presencia invisible. Celebro por todos vosotros la Santa Misa, y rezo las vísperas por la tarde. Incluso las intenciones de misa que se habían anotado en la agenda antes del estado de alarma, las ofrezco y elevo al Señor con gran devoción. Ánimo a todos, mucho  ánimo. 

Ya estamos en Semana Santa y el jueves comenzaremos el Triduo Pascual. Todos los años por estas fechas nos preparamos a él para celebrarlo con el corazón limpio de nuestros pecados. Recordad que el martes o miércoles santo solíamos siempre celebrar en la parroquia una “CELEBRACIÓN PENITENCIAL COMUNITARIA” seguida de una confesión privada ante el sacerdote si era conveniente y necesario para vosotros. Este año no podemos acercarnos el sacramento de la penitencia de la Iglesia. Pero sí que podemos recibir clara y completamente el Perdón de Dios. Ya sabéis que en caso de situación tan anormal como ésta que vivimos, la Iglesia concede el perdón de los pecados si se hace un ACTO VERDADERO DE CONTRICCIÓN. 

Os propongo que mañana o pasado con tranquilidad y en vuestra casa realicéis este misterio que es la misericordia de Dios que nos perdona: prepararos como si fuerais a confesaros con normalidad (examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de enmienda) y la absolución del sacerdote en nombre de Dios y de la Iglesia se suple con vuestro sincero arrepentimiento y contrición. Después, como cumplimiento de la penitencia, rezad tranquilamente, muy despacio, el Padrenuestro y haced alguna acción que redunde en beneficio de los demás u os comporte algún sacrificio. Más tarde, cuando podáis salir al templo ya os confesaréis de un modo normal. 

Lo dice todo esto también el papa Francisco.
"Sé que muchos de ustedes, para Pascua"  - dijo el Papa - "van al confesarse para reencontrarse con Dios". Pero, muchos me dirán hoy: 'Pero, Padre, ¿dónde puedo encontrar un sacerdote, un confesor, por qué no se puede salir de casa? Y yo quiero hacer las paces con el Señor, quiero que Él me abrace, quiero que mi papá me abrace... ¿Cómo puedo hacer si no encuentro sacerdotes?' Haz lo que dice el Catecismo".
"Es muy claro: si no encuentras un sacerdote para confesarte -explicó el Pontífice-, habla con Dios, que es tu Padre, y dile la verdad: 'Señor, he hecho esto, esto, esto... Perdóname', y pídele perdón con todo mi corazón, con el Acto de Dolor, y prométele: 'Me confesaré más tarde, pero perdóname ahora'. Y de inmediato, volverás a la gracia de Dios. Tú mismo puedes acercarte, como nos enseña el Catecismo, al perdón de Dios sin tener un sacerdote a mano. Piensa en ello: ¡es la hora!  Y este es el momento adecuado, el momento oportuno. Un acto de dolor bien hecho, y así nuestra alma se volverá blanca como la nieve". Homilía en Santa Marta, 20/3/20.

En otro correo os envío una guía de preguntas redactadas también por el Papa Francisco que nos puede servir de examen de conciencia.

Recemos unos por otros. Feliz retiro (obligado) a todos.
José Luis Barrera, vuestro párroco.



sábado, 4 de abril de 2020

ENCIERRO


Encierro

Vivo sólo, aquí, encerrado,
como un sonámbulo despierto
deambulando sin destino.
La calle y sus árboles
que desde la ventana veo
me miran con ojos lejanos y ajenos.
Imagino, más que ando, paseos 
que son símbolos, laberintos,
jaulas de tigre encerrado.
Leo largas páginas de libros
y escribo hasta poemas.
Sólo una certidumbre permanece 
en el interior de la casa:
mi canario, rojo e inocente, 
encerrado en el recinto de su jaula,
sigue cantando, 
glorioso y con brío, 
la alegría de la vida.
…Y esta hoja emborronada
resplandece en su blancura

viernes, 3 de abril de 2020

MI COMUNICACIÓN CON MIS FELIGRESES



Cada parroco en estos días de confinamiento se comunica como sabe y puede con los miembros de su comunidad parroquial. Es un deber pastoral como párrocos. Unos lo hacen por streaming o por televisión privada, para transmitir actos de culto. Otros, como yo, lo hacemos por teléfono o por WhatsApp, pero sobre todo me comunico por e-mail. Tengo la suerte de tener un gran listado (más de cien) de direcciones de feligreses de la parroquia a los que envío correos anunciándolos a lo largo del año las novedades y eventos que realizamos en la parroquia. 


A mi me gusta la imagen y además creo que soy un pequeño experto en ésta (el cine).  Pero también me gusta no abusar de ella, de modo que aconsejo a la gente "que no vea tantas misas por televisión" porque al final ésta se trivializa totalmente. ¿Se apaga el televisor una vez transmitida la misa o se continúa viendo el programa siguiente o el anuncio de una señora que vende proclamando las excelencias de un aparato de limpieza?

Este es el mensaje que hoy he dirigido por correo electrónico a todos los miembros de la comunidad parroquial de San Antonio de Padua:

Queridos hermanos y feligreses: de nuevo un saludo muy fraternal aunque este sea virtual. 
Como muy bien sabéis mañana es el último viernes de cuaresma, Viernes de Pasión y Viernes de Dolores. Os invito en este día que además de acordarnos e invocarnos nuestra Madre la virgen de los Dolores que en este momento está sufriendo con nosotros estas penas del confinamiento, hagamos todos en nuestra casa el devoto ejercicio del Vía Crucis.

Os propongo que lo hagáis, si queréis y podéis, siguiendo las catorce pequeñas cruces que en un papel podéis dibujar y colocarlas a lo largo del pasillo o del salón donde estéis. Igualmente si si tenéis niños podéis indicarles que hagan en un papel el dibujo de las estaciones. Sería un modo muy bonito de hacerlo en familia. 

Mucho ánimo y seguir por la televisión las ceremonias religiosas especialmente las que transmite el Vaticano durante la Semana Santa. Que seguir la Santa  Misa en televisión sea un acto verdaderamente religioso donde pongáis todo vuestro corazón y vuestro amor a Jesús. Él ya nos está dando coraje para soportar esta prueba y llena nuestro corazón de esperanza para aguardar el final de la pandemia. 
Os adjunto archivos de  los textos y dibujos de ViaCrucis.
Contad con mi oración y mi bendición.

¡Ah, y todas las Dolores y Lolas de vuestras familias, felicitadlas en mi nombre!

José Luis Barrera, cura parroco de San Antonio de Padua.

jueves, 2 de abril de 2020

LA ZARZA QUE ARDE EN EL CINE MÁS RECIENTE





La zarza ardiente, en el cine reciente.

Al igual que Moisés en el desierto que contempló una zarza que ardía sin consumirse y  que su través pudo escuchar a Dios, también -como en todo arte- el cine a veces funciona como un fuego que manifiesta realidades que transcienden al ser humano, que te acercan al umbral del misterio, a la frontera de Dios. Os hablo pues, de cuatro películas que yo he visto recientemente y que me ha hecho pensar directamente en el ser humano que busca a Dios. ¡Las podéis encontrar en las redes o en la plataformas!

En 2017 se estrena la película “JEANNETTE” dirigida por Bruno Dumont. La vida de Juana de Arco en su infancia, contada con una gran belleza y libertad de imágenes entre canciones, bailes y chistes visuales. Los textos están tomados del poeta Charles Peguy y presentan a una Juana de Arco encantadora, llena de alegría y tocada por la gracia de Dios. Una película que gusta a escépticos y a creyentes. El heroísmo de una niña y su ingenuidad, es la luz y el calor de la zarza.

Recientemente, también en 2018, pudimos ver la película “EL CREYENTE” (La prière) dirigida en Francia por Cédrick Khan. Un joven drogadicto ingresa en un convento-residencia de religiosos en los Alpes para desintoxicarse. Incrédulo total al principio, venciendo toda suerte de dificultades, enfrentándose a sus propios demonios, encuentra la fe precisamente en el silencio de la montaña. Es muy interesante seguir el proceso que conduce a la fe y como después la testimonia. La montaña como la zarza de fuego interminable. 

”LA APARICIÓN” de Xavier Giannoli (Francia, 2018) nos conduce al ambiguo mundo de las apariciones. Un periodista escéptico es encargado por el Vaticano para investigar unas supuestas apariciones de la Virgen. La película analiza todo ello con sensatez y seriedad sin ocultar los lados oscuros y ocultos de estos fenómenos pero también mostrando el brillo de la luz y de la fe de las personas creyentes. Aunque la película al final se enreda en algunas situaciones extrañas, acaba con una secuencia de gran simbolismo religioso. En medio de la desdicha, también arde la zarza.

Y para terminar aquí también una de las últimas películas de gran sentido religioso y que es una parábola evangélica. Se trata “LAZZARO FELIZ”, dirigida en Italia en 1918 por Alice Rohrwacher, un relato entre la fantasía, la leyenda y el realismo abierto totalmente a la trascendencia. Los pobres, el Evangelio, la leyenda del lobo de Perugia y el papa Francisco sobrevuelan un filme delicado y hermoso que te hace adivinar la presencia de Dios en el mundo, esa zarza ardiente.

miércoles, 1 de abril de 2020

CARTA AL DEFENSOR DE 13TV





LOS MOLESTOS COMENTARIOS EN LAS MISAS TELEVISADAS.

Un feligrés de nuestra parroquia me manda la carta  que él ha enviado al Defensor del Televidente por el modo como la 13 TELEVISIÓN emite la misa del domingo con un comentarista que muchas veces no permite seguir con tensión personal ni espiritual la Santa Misa. Parece que como en el arte, haya un “horror vacui” que tienda a llenar de palabras lo que a veces solo debe ser silencio. Sin tratar de hacer comparaciones, ¿qué ocurre cuando se retransmite un partido de tenis? Os transcribo la carta, con la que estoy totalmente de acuerdo.

“Con el máximo respeto por acercar a miles de hogares la Santa Misa, me dirijo a ustedes para comentarles algo que me entristece enormemente.
Me refiero a las retransmisiones de la Eucaristía dominical, y citaré como ejemplo la de hoy 29 de marzo de 2020 en la Catedral de la Almudena de Madrid, presidida por nuestro querido y añorado don Carlos Osoro, pero es valido para otras de sus retransmisiones, pues pecan del mismo error, los comentarios al inicio, durante y final de la celebración.

Primero decir que la liturgia de la Eucaristía es tan rica y tan hermosa que no necesita de audio comentarios que la hagan más “fácil”, otro tipo de programas podrán dar cabida a una “catequesis” sobre la misma.
Incluso aunque los comentarios sean piadosos o tengan un sentido teológico acertado por que quienes los emiten y sean personas formadas, algo de lo que no dudo, son del todo innecesarios ya que dificultan la atención del momento concreto de la celebración y rompen el recogimiento necesario para su participación desde casa. (…)

Un par de ejemplos; al finalizar la homilía de don Carlos no puede haber un silencio meditativo por parte de los fieles, si el comentarista está haciendo un resumen. O mientras comulga don Carlos, no podemos entrar en comunión espiritual, si el comentarista vuelve a hablar sobre la situación actual de no poder comulgar presencialmente y como debemos prepararnos para hacerlo….. ¿acaso piensan en la televisión que sin esos comentarios los fieles estamos perdidos?.

Lo dicho, espero que esta “corrección fraterna” que les envía humildemente este laico de Valencia, les ayude a poner en valor la retransmisión de la Santa Misa, por la que vuelvo a agradecerles en mi nombre y en el de muchos amigos y familiares que la siguen con devoción en estos momentos tan difíciles para todos.
Unidos en la oración
Víctor A.”