jueves, 30 de abril de 2020

NO AMANEZCAS MÁS, DÍA



No amanezcas más, día.
Detente y párate aquí, 
en esta aurora enrojecida
que luego se vuelve rosa.

Quédate así, 
con tu desnuda luz blanca 
y con el rocío que palpita 
en la brizna de las hierbas,
y el temblor de sus lágrimas. 
Que no despierten los pájaros
en el estrépito de la luz, 
y, quietos y enmudecidos, 
permanezcan en las ramas.
Deja que gima la hierba 
porque se desvanece el rocío.

No llegues a la hora meridiana
ni al lubricán melancólico
que para mí ya es suficiente.
No amanezcas más, día.

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