viernes, 6 de septiembre de 2024

RECUERDO DE JOSÉ MIGUEL BLESA

 


Recuerdo de José Miguel Blesa.


La muerte de José Miguel Blesa, aunque ya esperada por todos, ha vuelto a llenar nuestro corazón de infinito dolor, pero también ha despertado viejos pero muy vivos  recuerdos. Conocí a José Miguel, cuando recién llegado a Liria, yo era un seminarista que estaba a mitad de mis estudios eclesiásticos. Él era uno de los muchos monaguillos que en aquel entonces tenía la parroquia de San Francisco de Asís de Llíria. Junto con sus padres, que en paz descansen, y su hermana Inmaculada eran unos buenos colaboradores de la parroquia. 


Los monaguillos, y yo, pasábamos muy buenos ratos, colaborando, ayudando en las acciones litúrgicas de la parroquia y también en algunas convivencias que realizábamos. Recuerdos siempre su alegría y su saber buen estar en todo momento. Como se dice de  los “escolanets“ (“monaguillo, pillo”haría sus travesuras correteando Y de monaguillo entró en el seminario menor de Moncada. Haría las travesuras propia de sedad, corretearía por las estancias de la parroquia y se bebería el vino dulce sobrante de la Misa… después entró en el seminario creyó tener vocación de sacerdote aunque esta no llegó a madurar. 


Le perdí un poco el rastro mientras estuve de parroquia en parroquia, ejerciendo de sacerdote. Y nos veíamos en el tiempo de las fiestas de Raval. Y siguió siguió fomentando los tres  grandes amores de su : el amor, a la Purísima, el amor a la Banda Primitiva y el amor a su parroquia. En todos ellos, fue un gran colaborador,  sobre todo de la cofradía de la corte de María. De pronto surgió la enfermedad que fue sesgando muchos de los proyectos de su vida: con gran paciencia y fortaleza supo vivirla ayudado por Poquita,  su esposa. Me cuentan que falleció dulcemente en su cama. Sin duda, el Señor le ha dado su propia muerte, la que a cada uno nos corresponde, como decía el poeta Rilke . Pero también el poeta escribía ahora hace cien años que la infancia del hombre es su patria: el lugar donde la ilusión, las experiencias profundas, la alegría desbordada, el don de la amistad se nos es dado. A él también le fue dado todas esas cosas. Por eso me ha gustado recordar su infancia de “escolanet”. Ahora ha vuelto a esa infancia que es la alegría y la luz de Dios. 


A él le pido que disfrute por siempre de todo ello.Que no somos  vana ceniza,  ni  caprichoso humo, ni de evanescentes gases, ni  pavesas efímeras , ni de polvo enamorado, sino que estamos hechos de luz que escapados del  faro de Dios!


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