Hoy he estado en la fiesta mayor de un pueblo [y no digo nombres para que nadie se sienta señalado].
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Al final de la Misa, le han concedido el titulo de Cofrade de Honor de la Cofradía. Como él y toda su familia han estado muy vinculados a una sociedad musical que gestiona una banda de música muy buena, el Presidente de ésta ha salido al altar, se ha apoderado de micrófono del ambón y aprovechando el evento ha hecho una loa desmedida, inadecuada e hiperbólica de su banda de música: la Virgen, a cuyos pies estábamos todos, lógicamente callaba. Una vez más los contenidos no religiosos rellenan nuestras celebraciones religiosas. Eso se debería haber hecho en el salón de actos o en el teatro de la sociedad musical.
El colofón: mientras el presidente de la Banda, “predicaba” sobre ésta, alguien detrás de mí, decía maliciosamente: ¡Ahí va, si éste, cuando vino el Papa a Valencia, colgó en su balcón el cartel de “Yo no te espero”!
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