sábado, 15 de julio de 2017
Parroquia San Antonio de Padua: Misa en sufragio de Don José García Fito
Parroquia San Antonio de Padua: Misa en sufragio de Don José García Fito: M ISA EN SUFRAGIO DEL RVDO D ON J OSÉ G ARCÍA F ITO Don José García Fito , que fuera nuestro párroco entre los años 1976 y 1982,...
sábado, 8 de julio de 2017
CUARENTA Y SEIS AÑOS DE CURA
Hoy hace 46 años
Así es. A esta misma hora, en una tarde muy calurosa de aire
de poniente que hacía de la calle un horno, en la catedral de Valencia, un servidor
recibía, con temor y temblor, el sacramento del Orden Sacerdotal. Junto con veinte
y tantos compañeros más, la Iglesia (id est: la comunidad de los creyentes en Jesús
el Señor) me hizo cura y yo, con toda la
ilusión del mundo, me ligué con mis compromisos a ella. El Arzobispo que me
ordenó era Don José María García Lahiguera.
Aquel ocho de julio comenzaba mi camino de la vida de
sacerdote. Tenía veintiséis años: con errores y fallos, con aciertos y logros y, como siempre, sin la
falta de la ayuda del Señor. Aquel ocho de julio de 1971 es lógicamente
inolvidable para mí.
A mis amigos les pido, como siempre, que me ayuden con su
amistad y su oración.
EN UNA COMUNIDAD
"Ser cristiano es leer el evangelio en una comunidad a fin de traducirlo en actos de nuestra vida. Y este cristiano del siglo XXI definirá su fe no tanto por su vida de piedad como por su ciudadanía.”
De ”Creer a pesar de todo / Conversaciones libres sobre el presente y el futuro del catolicismo", de Joseph Moingt . Editorial Mensajero, Bilbao 2017.
lunes, 3 de julio de 2017
YO SOY TOMÁS EL CREYENTE Y EL INCRÉDULO
Yo soy Tomás, el creyente y el incrédulo
Celebra hoy la Iglesia la memoria solemne de Santo Tomás, el
apóstol de Jesús. Fue elegido por él a dedo y con él estuvo hasta el final,
pero… era reacio a creer en él después de su muerte. La resurrección era un palo
duro para su fe. Seguramente, Tomás lo recordaba en su presencia física, con
gozo y dolor, con la nostalgia alegre y triste de un ser perdido y ahora
ausente por la muerte. Contra todos sus compañeros, entusiasmados y casi visionarios,
no podía aceptar que Jesús siguiera vivo. Así que éste tomó cartas en el
asunto, y le empujó a creer.Tomás el reacio dijo “¡Señor mío
y Dios mío!”. Y se zanjó la cuestión.
¿Se zanjó la cuestión? Me pregunto si las dudas de Tomás quedaron resueltas para siempre.
Pienso que como en todos los humanos, evidencia y duda, preguntas intrincadas y
respuestas claras le acompañarían toda su vida. La tradición narra que el
escéptico y creyente Tomas, murió valinetemente proclamando su fe firme en Jesús de Nazareth,
el Resucitado.
Hoy es pues, la fiesta del apóstol Santo Tomás, a quien
considero mi tutor que me acompaña en esta fe en Jesucristo que me posee: a ratos
fuerte y permanente, y otras veces débil y titubeante. ESpero como él, morir en el seno de mi Iglesia.
domingo, 2 de julio de 2017
MADAMA BUTERFLAY… PARA TODOS
Antes de anoche, por La2 de Televisión
Española, pude disfrutar de la visión y escucha de la ópera de Puccini sobre la
dama japonesa abandonada por su esposo americano. Era una emisión grabada de la
sesión qu se estrenó en el Teatro Real
de Madrid. La novedad es que se emitía para todos y que se habilitaron enormes
pantallas en distintas ciudades españolas para ser vista por numerosos
ciudadanos al aire público. Una iniciativa de La2 de la televisión pública que
debería cuidar y fomentar más los espacios culturales. Es también y seguramente,
una alternativa a tanto espectáculos ruidosos y entretenimientos estrepitosos
(y vulgares) que se ofrecen para combatir el aburrimiento y soportar los
calores del largo y cálido verano. No sé si ante la gran pantalla, y en la
plaza pública la gente se llevó sus palomitas y refrescos para seguir esa
historia tan sensible que a mí siempre me emociona de la mujer “sola, perduta e
abandonata” hacia quien Puccini siempre prestó inmensa atención.
Está bien eso de promocionar esta clase de
espectáculos, a ver si así se levanta un poco el nivel de la cultura que este
gobierno tan olvidado tiene.
Aunque no me gustó nada la puesta en
escena de la ópera (me pareció ramplona y muy pobre, con un vestuario de teatro
de pueblo y un decorado que más parecía Alicante que Nagasaki) si me pareció
plausible su interpretación musical (la bellísima partitura prevalece)
especialmente la de la soprano que encarnaba a la Buterflay. Me hizo llorar,
como siempre me ocurre, en el tercer acto. Pasé una buena velada nocturna,
solo, en mi casita, delante de mi gran pantalla de televisión, sin comer palomitas
pero con una taza de té...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)