Como los seres humanos vivimos de recuerdos, el día 2 de agosto es un día muy entrañable para mí.
Durante los largos años que estuve de párroco en la parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles en el Cabañal, ese día 2 de agosto, siempre cálido y difícil por la canícula, era un día muy importante para mí. Diré mejor: para todos los que vivíamos a la sombra de esa parroquia. El rezo del rosario de la aurora, por la mañanita y por las calles del barrio, la horchata que nos bebíamos después en la plaza de la iglesia, el ángelus al que ese día acudíamos a rezarlo dentro del templo, la comida de fraternidad.
Y por la tarde, la Misa solemne que cantaba siempre en aquel tiempo el coro parroquial de Ribarroja; y, luego, la procesión que se vivía con gran fervor y con el recorrido del desfile por las antiguas y familiares calles del antiguo pueblo marinero, presidido por lÓrfena (una curiosa y solidaria figura creada por la tradición Cabanyalera) con la pequeña imagen de la Virgen de los Ángeles, de figura tan grácíl que parecE bailar sobre las andas cuajadas de flores. Pasaba bendiciendo a todos, amparando a todos los hogares, consolando a todos los enfermos.
Mañana pues día 2 de agosto, la Fiesta de la Virgen de los Ángeles en el Cabañal: amigos disfrutadla y que ella os bendiga,
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