domingo, 15 de mayo de 2016

Pentecostés y la Virgen del Rocío del Espíritu Santo


         Hoy es Domingo de Pentecostés, día de la Pascua Granada, la culminación de la Pascua, donde terminan estos cincuenta días de haber vivido fuertemente la resurrección de Jesús de Nazaret. Para muchos, pasa, como un domingo más, casi desapercibido y su vida cristiana casi no se altera en nada. Pero es un hito importante en la vida de fe, si uno arrumba rutinas diarias t alberga en el corazón una auténtica conversión que la torne en un coherente seguidor de Jesús.

       También la fiesta de la Virgen del Espíritu, del Rocío del Espíritu, aunque sea, allá en el sur de Huelva, más propiamente el lunes, mañana. Marca también el final de la romería en la aldea de Almonte a la que yo he asistido durante muchos, muchos años. Me acuerdo estos días enormemente de esa ruta de peregrinación y como todos los que han vivido muchos años esos mismos días, las mismas tradiciones, los mismos ritos, se me hace presente, hora a hora, qué es lo que estarán haciendo en este momento mis hermanos, los romeros de la Hermandad de Valencia.

Este año, la lluvia intensa y pertinaz les ha aguado un poco la fiesta. Pero es difícil haga frío o calor, llueva o truene, estropear la alegría y la devoción que los rocieros suelen tener. Ambas cosas son muy compatibles, sin caer en los excesos que también se cometen y que parece ser la única noticia digna de ser aireada a los cuatro vientos por los medios de comunicación.


viernes, 13 de mayo de 2016

Los amigos del viaje de la vida.




Se lee en “El Quijote” en su capítulo veinticinco de la segunda parte que "el que anda mucho y lee mucho, ve mucho y sabe mucho." Yo parafrasearía: “y el que viaja mucho, ama mucho". Porque una de las cosas más bonitas de los viajes que uno realiza es que, a través de ellos, vas conociendo a gente que poco a poco se convierten en entrañables amigos. A lo largo de mi vida y mis viajes he hecho pues algunas amistades, que han sido siempre fieles y perdurables.

Casi podría decir que no estoy sólo contento por los lugares del mundo por los que he viajado, sino más bien orgulloso por los amigos que he hecho en mis viajes. En el fondo estos viajes han sido como paradas en distintas estaciones de ese tren que es el viaje de la vida. En los andenes de cada una de ellas, en vez de bajarse a ellos, mis amigos han ido incorporándose, para alegría mía, a este convoy del vivir.

Por eso yo ahora quiero recordar al grupo de amigos de mi último viaje que fue a la Provenza y con los que he realizado otros periplos más. Son todos de Paterna, y el otro día no reunimos, significativamente, sin faltar ninguno, a cenar juntos, compartiendo la alegría, los recuerdos viajeros y sobre todo la amistad y alegría que nos une.

Gracias amigos todos, que nos veamos también en el próximo viaje.

jueves, 12 de mayo de 2016

La caricatura de dios



Me gusta mucho el dibujo que ha publicado Peridis en su viñeta de hoy en el periódico “El País”. Con sus trazos deliciosos, ligeros y llenos de ternura, el viñetista ha perfilado a un dios que está en el imaginario popular, que la iconografía clásica siempre ha reproducido y en el que no creen los incrédulos, seguramente aceptan también muchos crédulos y no toleran los buenos creyentes. Bautizada por la religión cristiana tradicional, esta imagen de dios procede del mundo grecorromano, concretamente, de la imagen de Zeus o Júpiter. Nosotros lo hemos convertido en un amable anciano, con luengas barbas blancas y rizadas, con el triángulo como aureola y el globo del mundo en las manos , por encima de la tierra y sus habitantes y más allá del bien y del mal… (Papá Noel ha copiado de su horonda figura). Las revistas satíricas lo utilizan constantemente y en el fondo está haciendo una crítica muy certera de lo que no es dios.

No deja de ser graciosa y amable, pero lógicamente esta no es la imagen de Dios en la que creemos los que seguimos los pasos de Jesús de Nazaret. ¿Cuál sería, entonces?: Pues todas las imágenes que me hagan considerar a Dios como un persona que sale a mi encuentro y con la que me puedo relacionar, un Tú inasible, inabarcable en mi inteligencia, pero hospedable en mi corazón, que me ama, me exige, me estimula: yo lo descubro a través del testimonio de Jesús de Nazaret, que fue el hombre valiente, bueno y coherente.


Todo lo demás casi siempre que se dice de Dios, son milongas.

martes, 3 de mayo de 2016

Un cardenal de altura


Ayer por la tarde, el cardenal  Gerhard Ludwig Müller  intervino en la presentación de un libro suyo en forma de entrevista  publicado por la editorial BAC (Biblioteca de Autores Cristianos) y  titulado ”Informe sobre la esperanza". Este cardenal (por cierto, un verdadero gigante en estatura) es el Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, y que antaño se decía “del Santo Oficio" de quien dependía la “Santa (¡) Inquisición", algo que parece siempre obligado explicar, dado los ingratos y terribles recuerdos que evoca.

Durante tres largos cuartos de hora el cardenal Müller expuso las ideas-eje que desarrolla en este libro y que es un largo coloquio con el director de la editorial nombrada. Fue bastante pesada su exposición, no sé si porque fue todo el rato una conferencia leída y pronunciada en un español que, pronunciado por un alemán, me pareció muy oscuro y a veces poco inteligible. (También puede ser porque yo cada vez estoy más duro de oído).

Ya he ojeado el libro, que sin duda es mucho más interesante, pero adolece de algo que a mí nunca me ha gustado ni me gustará: ese lenguaje teológico, clericalmente cerrado, que sin duda solamente llevará a los acostumbrados a esta forma de comunicación (?). Aquí hay que recordar al Papa Francisco que sin perder hondura tiene un estilo literario sencillo, claro  profundo.


 Aunque no llegué a dormirme durante el largo rato del acto que se realizó en la Facultad de Teología, alguno en la presidencia dio unas buenas cabezaditas. A mí se me hizo interminable.