Sueño tus palabras
Y ahora sueño con tus palabras.
Esas palabras que antaño se dijeron
que rompen de súbito a las piedras
y se incrustan en el meollo de la vida.
Pesan como una barra de hierro
que aleja horizontes imposibles.
Son también palabras susurradas
y caricias de las manos de una madre
y se pierden como pasos y voces
en el oscuro rostro de la noche.
Persigo esas palabras extrañadas
que siempre alertaron mis oídos
y han sido lazarillo de mis pasos
guiando mis caminos de ceguera.
Sueño todavía en tus palabras:
fueron gavillas de maduro trigo
y saben a pan tierno y crujiente
como aroma en la boca de un horno.
¡Mi alma llena del pan de tu palabra!
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