YA NO SE ESTILA. Los creyentes, no sé si por dejadez o por conciencia de lo que es, en realidad el templo, algo que relativizo Jesús abiertamente y que sus seguidores no hicieron mucho caso, no acuden ni arman guerras de religión por la asistencia a una parroquia o a otra. Como en todo, ahora, reina la comodidad. Yo voy a misa a la iglesia que tengo más cercana o la que me es más cómoda, o donde la gente es más parecida a mí, o donde el cura pronuncia mejores homilías o me cae más simpático…
Jesús dijo a la Samaritana que llegaría un momento en que los creyentes darían culto a Dios en espíritu y verdad. (Desde Constantino, poco caso le hicieron). Que no hacía falta meterse dentro de un templo grande o pequeño pobre o rico que la mejor iglesia es la que está construida en nuestro corazón donde allí podemos encontrar a Dios.
Una cosa pido al Señor. Que en mi iglesia habite el silencio para encontrarse mejor con el buen Dios, y que la sencillez y la humildad sirvan para acercarme más a Jesús el Dios de los pobres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario