Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del partido
ni asiste a sus mítines
ni se sienta en la mesa con los gánsters
ni con los Generales en el Consejo de Guerra.
Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
ni delata a su compañero de colegio.
Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales
ni escucha sus radios ni creen sus eslóganes.
Será como un árbol plantado junto a una fuente.
Ernesto Cardenal
Bienaventurados todos ellos y bienaventurada la pobre gente que soporta a sus políticos y a todas las mal dadas ocurrencias que tienen. Ellos serán como higuera seca en el camino. que ni da sombra ni da fruto,
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