sábado, 13 de enero de 2024

VEINTE DÍAS DE VIDA NORMAL.


YA HACE veinte días que salí del hospital. Antes de ello, el gran deseo de estar ya en la calle quedaba amortiguado por el miedo a saber si conseguiría adaptarme a las casi olvidadas formas cotidianas de la vida ordinaria . Porque abandonado el cuidado extremo, eficaz y cariñoso que me dieron en el hospital, tendría que valerme yo sólo. !Pues en ello estoy! Trabajosamente y más despacio de lo que yo quisiera, voy a adoptándome a las nuevas circunstancias.


Pero junto a estas dificultades están también estas pequeñas alegrías y satisfacciones: pasar con mi andador por la puerta de un colegio y oír la algarabía de los niños a la hora del recreo, celebrar la Eucaristía con mi comunidad parroquial, ir a comprar a mercadona, tomar un café con algunos amigos, superar algunos obstáculos de las aceras que parecen insalvables, saludar a mucha gente que se preocupó por mí…


Sé que los médicos hicieron mucho por mí, al igual que mis familiares, y amigos y también mi propia voluntad. ¡Me siento un superviviente! Por eso doy las gracias al Dios que sana en el que estamos todos. "Proclama mi alma la grandeza del Señor"


No hay comentarios:

Publicar un comentario