Habrá habido cosas malas, y otras buenas. Pienso que repasar el pasado, es atreverse a mirarse en un espejo; de pronto, descubres una arruga en tu rostro, una cana en tu cabello, una anomalía en la piel en la que no te habías fijado…
En un año, digo, pasa de todo. Y uno ya anda renqueando la vejez.
Mirarse en el espejo de él, o sea mirar hacia atrás lo pasado, no hay que convertirlo en un ajuste de cuentas y en una suma de culpabilidades. Lo pasado es pasado, ya no volverá, y por eso hay que enterrarlo y olvidarlo.
Y ser precavido para que lo negativo no vuelva a ocurrir. Personalmente para mí, este 2024 que se va, ha sido bastante difícil. Pero aunque esto no me consuela y conforma, los dos años anteriores han sido con creces intensamente más duros y difíciles
Mi corazón de creyente, agradecido, le da gracias a la Palabra hecha carne, que estos días celebramos en Navidad, por este tiempo vivido yme conforta que el mismo Dios que se hizo niño, para empezar la vida y que por tanto tambiént se sometió a los latidos del reloj del tiempo, Yo, como Jesús.
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