Una cena a ciegas

!Menuda sorpresa la que anoche me llevé cuando acudí a una cita para cenar! Un amigo muy cercano me dijo hace diez días que reservara la noche del sábado día 25 para una cena. Pensando en otra cosa, así lo hice. No me dijo ni con quién iba a cenar y ni a dónde iba a cenar. Así que anoche mismo cuando llegué acompañado de este amigo mío me encontré que había en el salón principal del restaurante un montón de amigos que me estaban esperando. Era la Hermandad del Rocío que había preparado en secreto esta cena para rendirme un homenaje de despedida. Fue verdaderamente una sorpresa, y me emocionó grandemente: no esperaba este acontecimiento.

Estaban todos los Hermanos Mayores que durante los veinte años que he sido capellán de la Hermandad habían presidido a ésta. También Jesús Cervera, mi capellán sucesor,  y muchos, muchos amigos que sé que me quieren. La cena pues transcurrió con alegría, contándonos y recordando muchas anécdotas de los caminos de Romería del Rocío. Al final hubo siempre los sentidos discursos que yo finalmente finalicé agradeciendo el bonito regalo-recuerdo que me hicieron Y también agradeciendo el gran cariño que siempre la Hermandad me ha manifestado.

¡Qué difícil va a ser vivir sin la Hermandad de la Virgen del Rocío, pero siempre tendré en mi corazón a esta gente que quiero, y a la Blanca Paloma!