¡Qué falta nos hace invitarnos
todos al diálogo, o sea a buscar la solución de nuestros problemas a través de
la palabra, de las argumentaciones, de las razonamientos! Prescindir de la
razón es el camino más corto hacia el fracaso, hacia el engaño. “ La palabra,
el Logos, nos es común, es un bien compartido. La lengua nos une sólo a los
nuestros, pero el lenguaje nos emparenta, nos hermana con todos los seres
racionales...Como decía María Zambrano, el diálogo es una razón con entrañas,
una razón que no humilla la vida, que conduce directamente a la vida”.
Esta breve historia del dialogo y
su necesidad he leído esta mañana, sábado 17 de septiembre, en el artículo de Opinión
que ha publicado “El País”, “¿Por qué no lo hablamos?” escrito por Manuel
Fraijo.
Os invito a leerlo.
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