Un bello poema de Octavio Paz. Él que se consideraba pagano y no renunciaba a su educación religiosa. El poema señala al Otro.
Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.
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