jueves, 20 de junio de 2019

LA ORDEN DE LA JARRETERA



A lo mejor es una cuestión de estado. La monarquía española no podría negarse a recibir un reconocimiento de tan alto rango como es la condecoración de la Real Orden de la Jarretera de manos de la otra prestigiosa, arcaica y presumida institución monárquica como es la inglesa encarnada su reina (¿momificada?) Isabel II. Si se hubiera negado Felipe VI, ¿se hubiera producido una crisis diplomática? No lo sé, pero ahí vemos a nuestro jefe de estado el rey, vestido, mejor parece disfrazado, con unas vestiduras y adornos que serán exóticos y arcaicos pero que hoy a todos nos parecen ridículos. Pero siempre hay gente a quien le gusta disfrazarse, sea el motivo que sea. Y le problema no está en el disfraz, sino en el que lo lleva. Se juega su dignidad y su credibilidad. 



No sé, pues, si esto será una cuestión de estado pero creo que estas imágenes son las que menos necesitan los españoles de ahora con el corazón muchas veces dividido entre la monarquía la república, y sobre todo, inmersos en una crisis de fe en las sagradas instituciones de siempre, debido al descrédito en el que las han sumido los hombres y mujeres públicos de nuestro país.


Lo que digo del estado, lo diré también de la iglesia, -otra sagrada y "arcaica" institución-. Todo esto me recuerda a algunos jerarcas -díganse curas, obispos y cardenales- que usan y abusan de ciertos indumentarias y «atrezzos» -casullas, capas, pectorales, mitras… -que tienen de todo menos el sentido de la discreción y la sensibilidad del pobre de Jesús de Nazaret, el Cristo, que sólo tenía una túnica y encima se la rifaron. Otra vez más, ¡me duele la Iglesia!

1 comentario:

  1. Jesús de Nazaret, a quien amo con todo mi corazón, no me extrañaría que volviese antes de lo previsto, para coger nuevamente el látigo y hacer bajar de sus coches de alta gama a la mayoría que dicen llamarse sus servidores y que dicen ser sus representantes. No sé si con nuestro Rey se metería pero de lo otro estoy segura.

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