domingo, 2 de junio de 2019

DE CÓMO SUBIR AL CIELO


Fray Luis de León, en su oda a la Ascensión con el verso mas puro de la lietratura en castellano decía «¿Y tu, rompiendo el puro / aire te vas al inmortal seguro?»

La fiesta de la Ascensión del Señor ha sido siempre para mi, un motivo de reflexión fuertemente desmitologizante y pues me es preciso hacer consciente lo que detrás de una verdad física imposible -en la antigüedad precientífica no se podría interpretar así- pero que sí encierra una densa consideración teológica y espiritual. Los discípulos dejan de sentir con fuerte intensidad las presencias de Jesus y recuerdan muchas de su palabras por entonces ininteligibles: que él se había de ir, que mandaría a alguien (su Espíritu) para que les siguiera acompañando y defendiendo. 

Experimentando todo eso simultáneamente, los apóstoles lo «sintieron» todo ello tal vez no de golpe, sino seguramente por etapas, de ahí la secuenciación temporal  que aducen: al tercer día, cuarenta días, cincuenta días… la memoria, el recuerdo y las circunstancias hicieron que muerte-resurreccion-apariciones- ascensión-pentecostés, fueran solo un mismo momento temporal que se secuenció, dilató y fragmnentó, en la vida de los primeros cristianos, en la mediad que la misma vida les iba replanteando el desarrollo de su fe en Jesús de Nazaret.
«ODA XVIII - EN LA ASCENSIÓN
¿Y dejas, Pastor santo, 
tu grey en este valle hondo, escuro, 
con soledad y llanto; 
y tú, rompiendo el puro 

aire, ¿te vas al inmortal seguro?»

No hay comentarios:

Publicar un comentario