Fue emocionante la Misa de acción de gracias y despedida que celebré el sábado pasado con todos mis feligreses y otros amigos en la parroquia de San Antonio de Padua, como acto de despedida de mi ministerio, y como cura párroco de esta. La iglesia abarrotada y yo activamente nervioso, fue un acto de despedida, donde y la nostalgia y la tristeza de decir, adiós, se mezclaban con la, satisfacción y alegría de ver cuánta gente te quiere y agradece el servicio espiritual además de la amistad que siempre yo he procurado ofrecer a los demás.
Con el riesgo de dejar olvidado a alguien, aumentado por el nerviosismo y la tensión lógica con que yo padecía, fui mostrando a muchas personas mi gratitud, además también, mi petición de perdón si en algunas cosas me he equivocado. Por cierto que se me olvidaron nombrar quizá a los dos grupos que en está Parroquia han
Al acabar, un miembro de la ACG y que es ahora el presidente diocesano, dijo unas bellas palabras de agradecimiento y despedida. Agradezco igualmente el regalo que al final de la Misa se me regaló.
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