viernes, 11 de noviembre de 2022

POR FIN LLEGA LA JUBILACIÓN

 Por fin llega la jubilación.

 

Desde el final del mes de julio en que fui cesado como párroco y nombrado adscrito, he estado encargado de llevar todos los asuntos de la parroquia de San Antonio de Padua, como cura en funciones. Pensaba quedarme un año más en la vivienda de la parroquia que ahora ocupo. Pero parece ser que bloqueaba un tanto la situación del nuevo cura. Así que decidí, definitivamente, irme de ésta y disfrutar directamente de mi jubilación.

Me voy pues a Llìria a descansar un poquito. Mañana me despido, en la Eucaristía de las ocho, de mis queridos feligreses. Y ocho días después entregaré las llaves de la parroquia. Ahora ando aterrorizado con los preparativos de una mudanza.

Una jubilación, aunque sea deseada, tiene también un matiz melancólico porque dejas atrás un montón de experiencias positivas, de relaciones con personas que me han hecho vivir con alegría estos últimos años. Pero no hay remedio. Dejo entonces y digo adiós a algo que me hacía feliz: ser cura párroco, algo a lo que no he renunciado en toda mi vida de sacerdote, aunque me han ofrecido otras alternativas. Pero no queda más remedio. 

De todos modos seguiré siendo feliz haciendo lo que casi siempre hecho: rezar y  celebrar la Eucaristía, atender a la comunidad parroquial. Ahora sin obligaciones ni deberes, seguiré haciendo otras cosas que bien me contentan: escribir poesía, dirigir sesiones de cinefórum, ver y escribir sobre cine, oír música, leer y más leer, “bloguear”, ir a la montaña, hacer fotos, y muchas otras cosas más. Como podéis colegir no tendré tiempo para aburrirme. ¡Nos veremos!

 

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