El espectro de Brocken.
Mi buen amigo Jesús Quinzá me ha pasado esta fotografía que él realizó hace unos meses en sus andanzas de Pirineos. Es un fenómeno meteorológico que se produce en la niebla de la montaña cuando está pegada a la cima y proyecta la imagen del montañero cuya espalda sale el sol mañanero. Un halo que es un descolorido arco iris, rodea su sombra. Impresionante.
Creo que yo no resistiría el impacto de esa misteriosa y fantasmagórica visión. Me daría un infarto. Mi amigo que anda muchas veces solitario por los montes, sí lo soporta. Imaginaos, al amanecer, él sólo por aquellos peñascales, el silencio quizá roto por el berrido siniestro de los rebecos, y ya está apunto de alcanzar una de las muchas cimas qué subirá en ese día y de pronto aparece el espectro… es posible que primero pueda inquietarse, pero después, ya que él conoce dicho meteoro, ¡cuánto disfrutará y cómo correrá a coger su cámara para hacer esta fotografía! Porque conocer la montaña hace que además de tener seguridad logres vivir momentos inolvidables de belleza. Escritores muy famosos (Goethe, Dickens) estaban también alucinados por este fenómeno de la naturaleza y escribieron bellas páginas sobre él.
Y saco a colación en este blog el Espectro de la Montaña precisamente en unos días donde el susto y la broma macabra, brujas y fantasmas y otras estupideces parecen entretener de un modo bastante cretino a tanta gente… yo anoche leí el cuento de G. A. Becker “El monte de las ánimas”.
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