Por
fin, se va. Sí, al final, el señor Rubalcaba se va. Debido a los malos
resultados de las últimas elecciones de Europa, por fin, Rubalcaba se siente
aludido: todo el mundo sabía que este
señor estaba más quemado que una falla en 20 de marzo. Pero con el culo pegado
al sillón de poder, desprestigiaba y arruinaba la confianza en un partido, el
socialista, cuya proyección progresista es digna siempre de tener en cuenta.
Yo
espero que la señora Elena Valenciano, cuya defensa del feminismo a ultranza e
integrista hace tan antipática su causa, tome también nota de su derrota, y
actúe en consecuencia.
Y
pienso que los señores también más que quemados, del PP, (hacia los que no
siento ninguna afinidad) no piensen que su victoria, más bien pírrica, les legitima en el poder.
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