EN SANTO ESPÍRITU DEL MONTE
Los blancos muros del monasterio,
la esmeralda de los pinos
y el rojo rodeno de los montes.
La campana tañendo las horas,
y su voz de plata esparcida
sobre la copa de los pinos.
El resto es silencio, silencio solo.
¡Portento de Santo Espíritu!
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