Una sencilla cofradía -la de la Corporación de Longinos-, ha sufrido en los últimos años algunos descalabros.
División entre los hermanos, riñas y disputas. Para colmo, la imagen con la que en Semana Santa desfilaban
les fue negada por capricho e insidia de unas señoras ancianas que, sin ser de
su propiedad, la custodian. (El famoso Nazareno secuestrado).
Llevaban ya dos años desfilando sin llevar
imagen titular lo cual contravenía los estatutos de la Semana Santa Marinera.
La Junta Mayor les autorizó, pero ellos ya no podían resistir más.
Así que se enteraron que en la parroquia de
al lado había en un desvencijado trastero, retiradas, cinco imágenes de un paso de semana santa: un
Nazareno custodiado por un soldado
romano con su lanza (que podías ser Longinos), y acompañado por las mujeres y
niños de Jerusalén. Pidieron permiso al
Párroco y allá se fueron a recogerlas. Las encontraron en un estado lamentable.
Con más suciedad que el palo de un gallinero, rotas, desmembradas, con grietas
y la pintura descascarillada o muy deteriorada.
Manos a la obra: los miembros de verdad de
la Corporación de Longinos han acudido a la parroquia de los Ángeles y han
trasformada las ruinosas imágenes en unas muy dignas de ser veneradas. Ahora
andan buscando un trono-anda para hacerlas desfilar.
La Corporación de Longinos parece otra: de
su depresiva situación, su impotencia ante el desacato de no permitir procesionar
a la imagen primera, de su desánimo de estar en tensión entre ellos, ahora están
ilusionados y unidos como una piña. Todas las tardes calurosas de este mes de
julio, llegan con ilusión renovada a sumar belleza a sus imágenes.
¡Cuando una
cofradía tiene un objetivo, ella misma se reconstruye! Enhorabuena.
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